La noche prometía, tras los cobardes, llegan unos monstruos que ya avisan de antemano que no hay que tenerles miedo. En cierto modo sí. La sesión promete. Y eso que el tipo ofrece su mejor versión con un disfraz muy colorido y vistoso como pocos.
Eso sí, cierto pavor hallar el hilo conductor de las intenciones de una joven agrupación que defendió el Síndrome de Down y sus dificultades en el día a día.
En el segundo pasodoble, más claro y más aplaudido también, a la mujer guerrera y a su papel reivindicativo. Sin miedo, tocará seguir creciendo otro año.