Luis Miguel Morales | Éramos pocos y parió la abuela. Amigo Quique, ponte en lo peor. Decía el gran Luis Aragonés que las finales no se juegan, se ganan y las elecciones se están convirtiendo en algo parecido.
El que acude o se corona y vence, o queda repudiado y señalado. Todo o nada. Y en eso ha entrado la nueva política, en una devoradora de candidatos.
Esta es la nueva política que nos toca vivir, sin políticos, la que cualquiera se puede presentar y la que cualquiera puede ganar. El Tío Sam nos sale marchoso. Cuando los populismos comen terreno ante las viejas políticas y formaciones, algo mal, demasiado mal, se ha hecho las cosas durante los últimos años.
La autocrítica sigue en búsqueda y captura por la política más rancia que ciega, busca aún el remedio casero para frenarla. Hagan su trabajo y todo volverá a la que debiera ser la normalidad.
En caso contrario, es dar pábulo a los Berlusconi, Iglesias, Kichi, Jesús Gil y demás personajes. O Trump.
Y es que el sueño americano (algunos dicen que pesadilla) ha certificado los tiempos convulsos que nos va a tocar padecer. Ni la gran USA se ha librado.
Unos cambios que no sabemos ni cómo serán ni por dónde vendrán. Al magnate, al que se le ha vinculado con la mafia, con los trapos más sucios y deleznables, se le tildado de rufián, de machista, de xenófobo, de...
Pues éste, el Luis Aguilé de Queens es el presidente de los Estados Unidos de América y éste es el que va a estar -Dios mediante- cuatro años en la Casa Blanca y al frente de la primera potencia del mundo. Sí, sé lo que estás pensando, que es el puto amo, el dueño de todos los botones.
Al que el pueblo americano ha votado, al que han elegido sus votantes. Y es que ha hablado el pueblo, y éste es soberano. Eso dicen. Que la calidad de la política actual está en su peor momento histórico solo hay que ver lo que se nos viene encima. Que no te enteras Quique.
En Gran Bretaña, en Cataluña, en Cádiz, en El Puerto, que sí Pedregal hijo, que cualquiera vale. Que el futuro es incierto, como la credibilidad nuevamente de las encuestas y de sus encuestadores. No aciertan ni una. en cambio, que dicen los que saben, que con Donald Trump al frente empezaremos a vivir realmente en el infierno y con guerras y miserias dándonos los buenos días cada mañana.
Que nos tocará padecer cómo se bombardeará un país mientras su población se ahoga en los mares ante una Europa menos tolerante y más enferma. Que nadie querrá a los huyen de la destrucción masiva de los tarados del Corán y que tendrán que volver sobre lo andado.
Que con él en el poder podremos, incluso, llegar a estar gobernado por un partido imputado y corrupto. O que con éste en el despacho oval podremos ver cómo la gente tiene que abrir un contenedor de basura para poder comer.
A dónde vamos a llegar.
No nos extrañará, tiempo al tiempo, cómo con el republicano, esto es el acabose mundial. Que sí, que no veas la mala suerte que vamos a tener. Que no sabremos ni lo que esconde una base militar, suya por cierto, que empieza en Fuentebravía.
Que lo suyo hubiese sido haber tenido a una mujer presidente, que ésta sí sabe lo que es la política.
Que para aguantar lo aguantado con Clinton, tiene un master.
Ella que es heredera del primer presidente negro, el gran detalle histórico para un Nobel de la Paz, que después de ocho años todavía tiene Guantamo en pie, o el que reabrió bajo su mandato los problemas raciales o el que dividió al país.
El que ha dado el relevo por sus políticas al pijo de New York. Que eso, amigo Quique, que éramos pocos y parió la abuela.
Quique Pedregal | Bueno, Luismi, ya se sabe que casi todo lo que se hace en exceso es malo. Imagina que te recomienda tu médico beber mucha agua porque, como estamos hechos de agua mayormente, es muy saludable. También puede ser que tengas piedras en el riñón y que haya que irlas eliminando. Para eso, lo mejor es el agua.
Leas donde leas te recomiendan beber agua, pero no siempre… Existe una moda consistente en beber mucha agua. Este ejercicio saludable se puede convertir en una pesadilla. Se llama potomanía.
La ingesta en grandes cantidades de agua puede ocasionar una descompensación nutricional, debido a la eliminación de minerales necesarios para la vida como el sodio, el potasio, el calcio o el magnesio.
A su vez, la perdida de estas sales puede impedir el normal funcionamiento del cerebro, músculos y del metabolismo, así como nauseas, dolores de cabeza y hasta se puede llegar al estado de coma. Asociado a esto mismo está otro problema de salud, que podría ser la perdida de carbohidratos, única fuente de alimento del cerebro, y que podría provocar ataques de pánico, que son muy difíciles de diagnosticar.
¿No quieres coles? El plato lleno. Es lo que veo que está sucediendo aquí y allí. La democracia es lo que tiene. Podemos votar a un candidato populista de izquierdas en Europa y podemos votar también a un candidato populista de derechas allende nuestras fronteras. Ejemplos a lo largo de la historia, tú citas algunos, se cuentan por docenas.
Las consignas, más que le pesen a muchos, son siempre, siempre, las mismas. A ver, Luismi, adivina quién ha dicho esto: “Como dije desde el principio, no tuvimos una campaña, sino un movimiento fabuloso e increíble, que consistía en millones de hombres y mujeres muy trabajadores, que quieren su país, y quieren un futuro mejor para sí mismos y sus familias.
Los hombres y mujeres olvidados de nuestro país no serán olvidados. Vamos a arreglar nuestros centros urbanos, y reconstruir nuestros puentes, calles, túneles, aeropuertos, escuelas, hospitales. Vamos a reconstruir nuestra infraestructura.
Van a llegar a ser, a propósito, de las mejores del mundo. Y vamos a crear trabajo para millones de nuestras gentes para reconstruirlos. Implementaré los grandes talentos de nuestra gente, y llamaremos a los mejores y más inteligentes para aprovechar su tremendo talento para el beneficio de todos.
Tenemos un plan económico fabuloso. Vamos a doblar nuestro crecimiento, y a la misma vez, tendremos la economía más fuerte del mundo. Tenemos que recuperar el destino de nuestro país, y soñar con cosas grandes y atrevidas.
Tenemos que hacer eso. Vamos a soñar en cosas para nuestro país, y cosas bellas, y cosas exitosas otra vez”.
Pues podría haberlo dicho cualquiera, incluso tú y yo lo hubiéramos firmado. Pero no lo ha dicho ningún populista de izquierdas, ni ningún líder de la calle tipo profeta que abunda por nuestras televisiones. Son palabras de Donald Trump de hace un par de días.
Tanta agua ya cansa. Ni calvo ni con peluca. La virtud, como siempre, no tiene por qué estar ni a un lado ni a otro. ¡Qué jartá de agua nos vamos a dar, Luismi! Lo que yo te diga.