Aldeas Infantiles SOS, una organización no gubernamental con presencia en 134 países que se dedica a ayudar a los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, ha sido galardonada hoy en Oviedo con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016.
El objetivo de esta ONG es ofrecer a los niños una familia, un hogar estable y una formación sólida, adoptando un modelo familiar de carácter universal, en función de las características sociales y culturales de cada país.
Cada Aldea Infantil SOS está compuesta por varios hogares en los que viven las denominadas "Familias SOS", formadas por una madre o padre o ambos, que conforman un entorno en el que procuran que los menores se sientan respetados, queridos y protegidos, como si estuvieran en su propia casa.
Aldeas Infantiles SOS también trabaja en el fortalecimiento de familias vulnerables, de modo que puedan atender adecuadamente a sus hijos.
Fundada en 1949, tras la II Guerra Mundial, por Hermann Gmeiner, que creó la primera Aldea en Imst (Austria), esta ONG cuenta actualmente con más de 570 aldeas infantiles que atienden a más de 58.880 niños, y más de 1.880 centros -residencias de jóvenes, colegios y hospitales, entre otros- y programas desarrollados por la organización, que atienden a más de 490.000 niños, jóvenes y adultos.
Presidida por el indio Siddhartha Kaul, ha ofrecido más de 943.000 tratamientos médicos en sus 76 hospitales y su programa de atención de emergencias ha tenido más de 725.000 beneficiarios en todo el mundo.
Aldeas Infantiles SOS España cuenta con ocho aldeas en Barcelona, Pontevedra, Madrid, Granada, Cuenca, Santa Cruz de Tenerife, Zaragoza y Las Palmas de Gran Canaria en las que atendió, en 2014, a 6.275 niños y jóvenes, y también financia otras quince aldeas en Iberoamérica y tres en África, que abarcan a 17.228 niños y jóvenes.
Aldeas Infantiles SOS también se moviliza ante situaciones de crisis o catástrofes en cualquier lugar del mundo para dar cobijo a los menores afectados.
Por ejemplo, en 2013, la organización se movilizó en Filipinas, tras el tifón Haiyan; en Siria, la República Centroafricana y Malí.
Su financiación proviene principalmente de las aportaciones de socios y padrinos, además de donaciones de particulares o instituciones públicas y privadas.
La candidatura, propuesta por la exjugadora de la selección española de baloncesto Amaya Valdemoro, se impuso entre las 33 que en esta ocasión optaban a este galardón, entre ellas, el proceso de paz en Colombia, la Policía Nacional o la Fundación Abogados de Atocha.
El de la Concordia, que el pasado año recayó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, una de las mayores organizaciones internacionales de cooperación sin ánimo de lucro del mundo, es el último en fallarse de los ocho galardones convocados anualmente por la Fundación Princesa de Asturias.
En esta edición han sido distinguidos ya la actriz Núria Espert (Artes), el fotoperiodista estadounidense James Nachtwey (Comunicación y Humanidades), la historiadora británica Mary Beard (Ciencias Sociales), el biofísico estadounidense Hugh Herr (Investigación), el triatleta Javier Gómez Noya (Deportes), el novelista estadounidense Richard Ford (Letras) y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París (Cooperación Internacional).
Los Premios Princesa de Asturias, que este año alcanzan su XXXVI edición, están destinados, según los Estatutos de la Fundación, a galardonar "la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupo de personas o de instituciones en el ámbito internacional".
Conforme a estos principios, el Premio Princesa de Asturias de la Concordia se concederá a aquellos "cuya labor contribuya de forma relevante a la defensa de los derechos humanos, al fomento de la paz, de la libertad, de la solidaridad, de la protección del patrimonio y, en general, al progreso y entendimiento de la humanidad".