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Alexis Morante: "Poco a poco, Bunbury se va reconciliando con su pasado"

El algecireño director de la película "El camino más largo", que narra las entrañas de la histórica gira que el músico aragonés realizó en 2010 por Estados Unidos

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  • Alexis Morante. -

A Enrique Bunbury le queda "mucho" de sus comienzos en Zaragoza y de su banda, "Héroes del Silencio", y aunque no es nostálgico, poco a poco "se va reconciliando con su pasado".

Lo asegura Alexis Morante, director de la película "El camino más largo", que narra las entrañas de la histórica gira que el músico aragonés realizó en 2010 por Estados Unidos.

El "road rockumentary", como su propio director lo llama, se estrenó el pasado martes de forma simultánea en salas de cine de diez ciudades españolas, entre ellas Zaragoza, la natal del artista, que siempre habla de ella con "un gran cariño" y a quien, "por supuesto, le queda el acento maño", asegura Morante en una entrevista con Efe desde México.

El filme cuenta la "inolvidable" experiencia de una gira de Bunbury y su banda, Los Santos Inocentes, que les llevó por 25 ciudades estadounidenses, que se prolongó durante dos meses, en caravana y autobuses, y que acumuló 16.000 kilómetros.

"Nos subimos a una gira histórica e irrepetible, y eso se nota en la película", enfatiza Alexis Morante (Algeciras, Cádiz, 1978), quien, junto con su equipo, compartió 24 horas diarias con Bunbury, su banda, su mujer y su gato.

De la experiencia junto al personaje aprendió que "todo es posible si se pone esfuerzo y empeño" y también que "por muy inaccesible que parezca Enrique Bunbury, detrás de él hay un ser humano con las mismas preocupaciones que cualquier persona que sea mínimamente emprendedor".

En el documental, rock and roll en estado puro, se cuenta la evolución de Bunbury, que emprendió la gira "por necesidad vital" más que por factores económicos. El tour, añade Morante, era "un suicidio económico", pero aún así el ex héroe del silencio quiso hacerlo y acabó convirtiéndose en un "viaje interior".

El músico y su banda se bajaron de los aviones privados y se montaron en un autobús en un viaje que en principio iba a servir para conquistar a nuevas audiencias y un nuevo mercado. Encontraron pequeñas salas a medio llenar e incluso trabas por parte de los promotores de algunos conciertos que, con actitudes racistas, no dejaban entrar a algunos espectadores de origen latino.

En la película, Bunbury reconoce que Estados Unidos es un lugar inhóspito para los rockeros españoles. Pero también enfatiza: "Vive tu sueño de una puta vez".

La intención de Alexis Morante, según explica él mismo, no era narrar una historia, ni contar el "making of" del tour, ni siquiera adentrarse en la biografía del artista.

"Quería meterme hasta dentro en la gira y observar y ver qué hay detrás de Bunbury, una persona que nunca se siente satisfecha y siempre sale de su zona de confort en busca de nuevos retos. Eso es lo que quería contar; y encima en un escenario increíble como son las carreteras de Estados Unidos", confiesa.

La diferencia que Morante percibió en Bunbury en comparación con otros artistas con los que había trabajado es "la libertad que tiene para todo lo que es su carrera".

Y eso se tradujo, según apunta, en el espíritu del propio documental, en el que "no hay intermediarios" y que, al final, se convirtió en "un diálogo" entre músico y cineasta.

De hecho, el filme incluye decenas de conversaciones entre el equipo de filmación con Bunbury y su banda, que al final acabaron acostumbrándose y olvidándose de la cámara.

El origen del proyecto, explica su director, estaba en su mente desde 2009, momento en el que Bunbury se cruzó en su camino ("o yo en el de él", reflexiona).

Morante le propuso realizar un documental durante tres conciertos, y fue el propio artista quien apostó por rodar todo el tour. Los socios de Morante en la productora 700G Films aceptaron, alquilaron una caravana y ,"sin financiación ni apoyo de las discográficas", no lo pensaron dos veces.

El resultado es el que se exhibe desde esta semana en los cines y que, como el propio director asegura, parafraseando lo que Bunbury dice en el filme, deja patente que "por muchas millas que recorras, por mucho que creas que la meta de la vida cada vez está más cerca, al final te das cuenta de que la vida no tiene meta. El camino es la meta".

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