Luis Miguel Morales | Este domingo saldremos al fin de dudas. Si juntos o separados. El pueblo hablará en las urnas, como debe ser. Ahora que todo se decide en asamblea -en Democracia dicen unos- ya no debiera haber mayor controversia ni mayores problemas al respecto. El 27-S tendrá un antes y un después, todo un pueblo debe elegir cuál será su camino y cual su destino. Hay mucho en juego. Demasiado.
La imagen importa y mucho. Y es que nada como elegir entre todos qué hacer con uno mismo.
Hay quien lo tiene claro y otros que continúan sin saber si suben o bajan.
Querido Quique, tal y como ya sabes, duro, durísimo será el despertar y la realidad que descubra. Quién la maquilla, la edulcora y la masculla para no afrontarla.
Allá que cada cual que disfrute como le venga en gana. Más allá de votaciones y elecciones varias, El Puerto vuelve a recordarnos, con otras elecciones, lo lejos que está de ser una ciudad turística al uso. El logo, tan importante y tan variado como inepto en su definición, nos ha lastrado a recrearnos en las miserias, propias y ajenas, de que lo cuqui y fashion no es la oferta turística, sino el envoltorio.
Que a esta altura de la película aún sigamos definiendo qué es lo que debe ser la representatividad, la identidad local se nos va por el desagüe Mientras, perdemos el tiempo, peso y nombre. El modelo de ciudad sobrevive al pasado, al que a trancas y barrancas nos martillea que cualquier tiempo pasado -quién nos lo iba a decir- fue mejor. El ucraniano será historia. A ver la que nos cuentan estos.
Quique Pedregal | De un tiempo a esta parte se ha querido celebrar el Día Mundial del Turismo en nuestra ciudad con cierto alborozo, aunque en mi opinión se trata de mucho ruido y pocas nueces.
Lógicamente, celebrar un Día Mundial del Turismo en una ciudad en la que parece que todavía no se han enterado de que solo podemos aspirar a ser ciudad turística, requiere de una responsabilidad fuera de lo común.Para empezar, habría que implicar mucho más a los sectores que se dan cita alrededor de esta celebración y que viven durante todo el año de esta actividad.
He revisado el programa preparado para estos días y se retoma la idea que tuvo hace años un concejal de poner los precios en torno al 27 (por lo de la fecha, 27-S).
Pues, querido Luismi, siento decirte que son más de 27 los meses que llevado el Vaporcito, durmiendo entre redes ajadas y gatos tristes, para vergüenza de políticos y responsables de la cosa pública.
También son más de 27 los negocios de hostelería, los negocios turísticos, que han tenido que cerrar por el abuso y la desidia en una manera de hacer política alejada de la realidad.
Son más de 27 las casas palacios (fíjate que llegamos a presumir de 100 en su día) que sucumben al paso del tiempo entre fachadas arrugadas, ventanas que luchan por no matar a nadie los días de levante, o casapuertas utilizadas como Hotel Resort Acondicionado para gente que le importa un pimiento el 27S.
Más del 27% de los portuenses (33,27%) está en situación de desempleo, de los que muchos más de 27 han perdido su puesto de trabajo de camarero o cocinero en los excelentes y exquisitos establecimientos de restauración de El Puerto.
Podríamos seguir en torno al 27, contando los más de 27 solares a la vista del viandante con malas hierbas que crecen más allá de los 27 centímetros, los más de 27 mil metros cuadrados de parcelas vacías en esos polígonos de la periferia, o las cerca de 27 tonalidades cromáticas que tiene el logotipo que representa a nuestra ciudad…
Una buena amiga mía dice que, si invitas a alguien a comer a tu casa, lo primero que tienes que hacer es limpiar el polvo de los muebles. O como dirían las abuelas, que siempre han sido muy limpias, darle un buen “escamondao”.
Y encima, para hacer más agradable el paseo de los turistas que nos visiten, se está planteando la apertura al tráfico de la Plaza de España…
Luismi, lo que yo te diga, a escamondar como locos.