“Sirve como terapia para ti y para los demás. Yo he escrito este libro estando enferma, no después y narro mis vivencias, cómo viví el cáncer, cómo lo vivieron mis familiares y amigos y con un mensaje positivo, que de la enfermedad del cáncer se sale, que las investigaciones van a más, el cáncer de mama que es mi caso cada vez es más curable y es verdad que se pasa mal, pero es un espacio de la vida que una vez que pasa puedes seguir una vida totalmente normal”.
Nieves Morano no dice esto una vez que ha superado el cáncer, que ha sido operada, que espera que pase el tiempo necesario para que le reconstruyan la mama. Ella comenzó con un blog en el que iba contando sus experiencias, el día a día y el positivismo siempre estuvo presente.
Hay más información, hay más demanda de atención, hay más recortes en el sistema sanitario, pero la investigación y los tratamientos del cáncer de mama avanzan “a pasos agigantados. Hay muchas asociaciones, mucha gente que se mueve y año que pasa, año que avanza. Yo voy viendo casos de hace dos o tres años y no tienen nada que ver. Hay más prevención, detección más temprana, tratamientos muy personalizados, no tan agresivos como antes”.
Pero el cáncer es el cáncer y hay mujeres que no van a hacerse la revisión por miedo a encontrarse de frente con él. “Por eso estoy yo aquí”, dice Nieves Morano.
“Porque hay que quitarse el miedo y la palabra cáncer es cáncer. Se llama así y no hay que tener miedo en decirlo. Yo no lo viví con miedo en ningún momento. Sabía que iba a salir, luché, hubo momentos buenos, momentos malos, pero aquí estoy contándolo. Pero hay que autoexplorarse, prevenir... Pero cuando te toca, te toca y hay que llevarlo de la forma más positiva posible”.
Ni siquiera pensó cuando le dijeron que le iban a quitar una mama en su aspecto, perder algo que forma parte dela identidad de la mujer. Hoy en día, además, las mamas se reconstruyen pasado un tiempo.
“¿Pero te quieres creer que para una mujer es más importante el pelo, que es lo que se ve. La mama te la reconstruyen después de un año o año y medio te la dejan perfecta. Son cosas que se arreglan. Hay otros órganos que no se pueden sustituir”.
Nieves Morano comenzó teniendo dolor en el pecho y acudiendo al médico de cabecera que le recetaba Ibuprofeno. Así un mes y otro mientras ella era cada vez más consciente de que le estaba ocurriendo algo más grave y exigió que la viera un especialista. Por eso una de las cosas que aconseja a las mujeres es que vayan al médico todas las veces que haga falta, que no se conformen con algo que no las cura, que exijan ser exploradas en profundidad para encontrar el mal.
Cuando Nieves fue al especialista ya sabía lo que tenía, pero aún tenía que pasar un mal trago que no tenía nada que ver con la parte física.
“Lo más difícil fue contárselo a mis hijos, porque es muy duro para una madre decirle a sus hijos que tiene cáncer de mama. Pero intenté, desde el primer momento, llevarlo con la mayor normalidad del mundo, que no lo vivieran como una tragedia. Es verdad que la enfermedad te obliga a pararte un año o un año y medio pero que ellos no sufrieran ese parón y creo que lo conseguí”.
Intentó y lo consiguió que la enfermedad no fuera un trauma, “que quedarme sin pelo no fuera un trauma para ellos y desde el primer día les dije que me iba a quedar sin pelo”. Cuando llegó ese momento “hice una fiesta de pelucas para que ellos vieran que no pasaba nada. Intenté que no lo pasaran mal, aunque sé que es duro para un hijo ver a su madre sin pelo”.
Nieves Morano cuenta todo eso en su libro ‘Mujer de las mil batallas’, que va por su cuarta edición y que se lee ya a través de internet por todo el mundo. Un ejemplo