El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha señalado que resulta "muy preocupante" que la labor de Cáritas sea cada vez más intensa y vaya en aumento, "sobre todo en Andalucía, donde la acción de Cáritas está siendo imprescindible", hasta el punto de que "no podríamos sobrevivir si no fuera por Cáritas".
A este respecto y en una entrevista concedida a Europa Press, Demetrio Fernández ha explicado que la situación es tal que, "solo en la Diócesis de Córdoba se atiende a 200.000 personas, para poder comer hoy", es decir, "las cáritas parroquiales se han organizado para atender la emergencia de dar de comer".
Un ejemplo de ello, según ha podido comprobar el obispo en una reciente visita a Lucena (Córdoba), es que "solo en una parroquia" de este municipio "se atiende a 1.000 personas, para poder comer cada día" y lo llamativo es que "la gente que acude a Cáritas no son pobres crónicos, a los que hemos de acompañar y siempre tendremos entre nosotros, sino que los pobres que vienen son gente normal y corriente, que se ha quedado sin trabajo y que no tiene a donde ir, puesto que no reciben ninguna prestación ni ayuda social".
Estas son las personas que, en su mayoría, "acuden a que Cáritas les dé de comer, porque, de lo contrario, no tendrían qué comer, ni ellos, ni sus hijos" y, además, "son muchos los casos en los que Cáritas tiene que atender en el anonimato", porque a los afectados les da "vergüenza tener que ir a pedir para comer, y esta forma de caridad que reciben no les provoca vergüenza, sino que dignifica a las personas, y por eso hay que llevarles la comida a casa, y eso es muy frecuente hoy".
Esta situación, por otro lado, ha servido al obispo para constatar, "en primer lugar, que la gente se fía de la Iglesia más que de nadie; en segundo lugar, que los cristianos no necesitan ideologías prestadas para atender a los demás, y en tercer lugar, que ha crecido enormemente la solidaridad entre nosotros".
SOBRE LA CORRUPCIÓN
Esta solidaridad cristiana, según ha subrayado Demetrio Fernández, "contrasta" con el hecho de que "cada día salgan más casos de corrupción", en cuanto al "dinero público empleado para el interés y el provecho personal, cuando tenemos a la gente que se nos muere de hambre".
En consecuencia, el obispo entiende que, "solo por eso ya vale la pena que exista la Iglesia", pues, "aunque su tarea es traer la salvación de Jesucristo", es decir, "es una tarea espiritual, es una tarea de fraternidad y de convivencia, pero evidentemente la Iglesia no se olvida de sus hijos más necesitados, y también de aquellos más necesitados, aunque no sean sus hijos, porque la Iglesia no pide el carné a nadie para darle de comer".