Amalia García y Diego Vivas son dos rondeños que cumplieron 100 años este pasado fin de semana. Viven en la residencia de las Hermanitas de los pobres, donde se celebró el especial cumpleaños en compañía de las propias monjas, de voluntarios del centro y del resto de usuarios.
"Ha sido una jornada muy especial, porque no todos los días alguien cumple 100 años", comentaba uno de los voluntarios. Se sirvió tarta, y hubo algún regalo incluso: "Estaban muy emocionados".
Amalia y Diego son tan sólo dos de los muchos abuelos que viven en esta residencia rondeña, objeto estos días de la preocupación por haber hecho una llamada de auxilio y socorro las Hermanitas, al no disponer la congregación de fondos suficientes para mantener el asilo, por las necesidades de alimentos o energía y por el personal que, junto a las propias monjas, está contratado en el centro.
La alegría, sin embargo, no se esconde en celebraciones como la protagonizada por Amalia y Diego, los mayores de la residencia.