Francisco Franco y José Luis Cinta, que estuvieron presentes en la sede social del Xerez Club Deportivo, en el Edificio Jerez 2002, acudirán este lunes a La Prórroga para desmenuzar, como accionistas minoritarios que son, la realidad de lo que se vivió o se dejó de vivir en la junta general de accionistas de la sociedad anónima deportiva. Fue una junta general para nada. Quizá una junta para esquivar los problemas que, su no celebración, podría haber acarreado al grupo Energy, supuestamente con la mayoría accionarial, aunque los minoritarios están estudiando las fórmulas para que la jueza de lo mercantil tome cartas en el asunto tras el fiasco que allí se vivió. No hubo cuentas, porque dicen que no las tenían, que no se las facilitaron. Si no se las facilitaron ya han perdido el tiempo en acudir a denunciar a los que no se las han dado, en este caso a los últimos gestores de la sociedad, porque los concursales hicieron sus cuentas y las dejaron en el club, como era su obligación. No se ha puesto ni una sola denuncia, no se ha pagado aún al señor Sicre, el auditor de Ubrique, que tiene una de las auditorías por las que hay que abonar 10.000 euros. La no presentación de las cuentas fue muy lamentable, porque la junta fue una patada hacia adelante para poner una fecha, la del 18 de noviembre, que cualquiera sabe si será verdad o mentira, sobre todo cuando, en lo institucional, tantas miles de mentiras viene aguantando el xerecismo desde la llegada de Oliver y la compañía que luego llegó por atrás, que si los Gil Silgado, que si Morales, que si Federico Souza y ahora Ricardo García que, si es cierto que tiene la mayoría de las acciones, bien haría en desprenderse de ella y dársela gratis al xerecismo que las quiera recoger.
Pero, ojo, al xerecismo que realmente entienda que hay posibilidad real de salvar la entidad. Porque si la presencia de Ricardo y Bastos, de Bastos y Ricardo fue lamentable porque vinieron para nada - y para qué escribir de la estancia dentro de la junta de un presunto abogado, cuyo nombre nadie conoce, que se cubrió de gloria con una frase para los juzgados y con la petición de unos minutos de cortesía al final de la junta que lo único que sirvieron fue para que hasta el propio Ricardo se marchase antes de que terminase su pretendida alocución - no es menos cierto que también fue lamentable que no hubiese presencia del Ayuntamiento, con su paquete accionarial importante, ni de la Fundación, ni de otros habituales accionistas minoritarios que siempre se habían hecho presentes y a los que parece, finalmente, que esto del Xerez Club Deportivo les interesa ya poco o nada y que, en cualquier caso, la única solución que atisban es la liquidación por la vía más rápida posible.
Ramón Molina, que sí dio la cara en la junta como los Delgado, Franco, Corchado, Cinta, Matías Vargas (en representación de Carlos Vera) o Cazalla padre, dijo que este club incluso con dinero no tendría solución por los muchos desmanes que se habían cometido, por las muchas irregularidades que se habían realizado y por el desastre en que se había convertido a la sociedad, pero también asintió cuando Ricardo habló del desprecio al que el club está sometido, teniendo que irse a jugar a Guadalcacín ante la falta de campos, ya que se entiende que La Granja no es el escenario adecuado y ese es el campo que se le da al Xerez. Es cierto que al Xerez Club Deportivo lo han menospreciado, pero no lo es menos que los dirigentes del club también han menospreciado a los aficionados y al pueblo de Jerez en general. El problema es que los gestores pasan, como han pasado sin que, de momento, a ninguno les haya ocurrido absolutamente nada, y el club permanece y el que sufre las consecuencias es el club, es el sentimiento que siguen teniendo, como lo dijo el propio Molina Barrios, muchos de los que ahora son socios del Xerez DFC y los que siguen al lado del Xerez Club Deportivo y, sobre todo, no se olvide ello, aquellos muchos que no están visibles ni en una ni en otra orilla pero que siguen teniendo sus sentimientos. La voz callada también puede dejarse oir en algún momento y hay muchos xerecistas que están callados viendo el devenir de unos acontecimientos que siguen sin aclararse porque, al fin y al cabo, si en la junta no hubo números tampoco hubo aclaraciones y a lo peor se perdió el tiempo en indagaciones que no condujeron a parte alguna, más allá de que Franco pidiese ver el libro de registro accionarial para, al menos, atisbar cómo están las acciones oficialmente, que la realidad puede ser otra bien distinta. Aclarar el tema accionarial es fundamental y también el del futuro. ¿Qué piensa hacer Energy con el Xerez Club Deportivo? Porque en estos momentos se trata de supervivir, pero no lo es menos, y lo apuntaba Becerra el pasado lunes en La Prórroga, que hay que sentarse a hablar de un convenio de acreedores que tiene que comenzar a cumplirse al finalizar la presente temporada y hay mucho que negociar sobre todo porque, en estas categorías donde actualmente se encuentra el club, es imposible generar ingresos, y más cuando el apoyo que se recibe es mínimo y las zancadillas son muchas. Ojalá y se celebre la junta del día 18 N, se presenten las cuentas, se ejerzan acciones legales contra las personas o las sociedades sobre las que haya que ejercerlas, se presenten las memorias, las auditorías y se desvele realmente cuál es la situación accionarial de la sociedad y cuál es el camino que hay que recorrer. El mejor, de verdad, es que Energy abandone el club y los xerecistas sean los dueños de su destino.
Jerez
La junta del Xerez CD, SAD
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