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Sevilla

Manuel García: “Me sorprendieron las declaraciones del Arzobispo; armaron un revuelo”

Tan sólo faltan unas horas para que Sevilla reciba en un mar de sentimientos a su devoción más universal como es la Esperanza Macarena. En vísperas de una semana que será extraordinaria no atiende a Viva Sevilla su propio hermano mayor.

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  • García en El Programa -

Este sábado, desde las 14.30 horas, Sevilla disfrutará de manera extraordinaria de su devoción más universal, la Esperanza Macarena, que saldrá bajo palio con motivo de su 50 aniversario de coronación. Siete días en los que habitará bajo los muros catedralicios antes de que el día 31 se dirija a la Plaza España para celebrar una solemne función, y ya esa misma tarde regresará a la basílica de la Resolana. Pero tras un evento que pasará a los anales de la ciudad está la labor de toda una hermandad que ha tenido que lidiar con dimes y diretes antes de la fiesta.

 

Restan sólo unas horas para una semana muy esperada. ¿Todo listo?
–Todo preparado. La Esperanza está en su paso, las papeletas repartidas, todos los documentos de urbanismos aceptados. Es decir, sólo a falta de que la Virgen de la Esperanza se ponga en la calle este sábado a las 14.30 horas.

Con respecto a los horarios de la procesión, ¿se cumplirán como en la Madrugá?
–Esto no es Semana Santa, que hay que cumplir con los horarios en el palquillo. Estaremos a una hora que nos han pedido en la Catedral, pero después el discurrir será flexible. En unos sitios perderemos más tiempo y en otros iremos más ligero.

Además, toda una semana en la Catedral sevillana y diversidad de actos y cultos.
–La Macarena estará tres días expuesta en devoto besamano en la parroquia del Sagrario. Ya, del 28 al 30, se celebrará un triduo en el Altar de Jubileo de la Catedral. Los oradores serán, el primer día el Obispo Auxiliar Don Santiago Gómez Sierra, el segundo Don José Mazuelos, Obispo de Jerez, y terminará el día 30 predicando Don Juan del Río, Arzobispo Castrense. Y ya el 31, en la función principal que celebraremos en la Plaza de España será nuestro Arzobispo Don Juan Asenjo quién presida la eucaristía.

¿Teme a que el asunto de los 5 euros para tener una silla en la Plaza España pueda empañar esta cita histórica?
–Quizás no haya habido una buena explicación anterior de la hermandad de la Macarena. Los cinco euros que se iban a cobrar por las sillas no eran para el gasto del acto, que podía ser, pero era para la asistencia social especial que estamos realizando en este año extraordinario. No se supo explicar y el que le dio digamos el “chivatazo” al señor Arzobispo no le dijo bien. Don Juan Asenjo me llamó personalmente e intenté convencerle del fin de esos 5 euros, que no era por escuchar misa sino por tener un sitio reservado. Que en la JMJ de Madrid se cobró por tener un sitio, al igual que tengo entendido que se cobra por asistir a una Audiencia con su Santidad el Papa, es decir, esto no era una barbaridad. Pero bueno, nuestro señor Arzobispo me dijo que no, que si queríamos recaudar algo que pasáramos una colecta. Yo le dije que no se preocupase que la hermandad iba a llevar a cabo su decisión y que al día siguiente íbamos a anunciar que todo había sido un error por nuestra parte. Cuál es mi sorpresa que al día siguiente leo unas declaraciones del señor Arzobispo diciendo que me había llamado y que nos había prohibido a la hermandad cobrar, unas declaraciones con las que se arma todo el revuelo, sino seguro que no hubiera pasado nada.

Todo apunta a que Pepe Garduño está apunto de ceder el relevo generacional.
–El tema de Garduño para nosotros es primordial. Lleva 57 años vistiendo a la Esperanza. Cuando salí en las pasadas elecciones él me comentó que quería estar al menos hasta la salida de este 31 de mayo y lo cierto es que nosotros hasta la fecha no hemos pensado en nadie para sustituirlo. Es más, lo que quiero es hablar con Pepe después de este mes y si sigue con su ayudante José Manuel Lozano, que es el vestidor de la Virgen del Rosario, y puede aguantar un poco más junto a su aprendiz a mi me gustaría porque sería el punto final que le faltaría a José Manuel para ser un vestidor de la categoría de Pepe Garduño y joven, además sin necesidad de que tengamos que buscar a nadie de la calle cuando lo tenemos en casa.

¿Quedó satisfecho tras una pasada Madrugá repleta de celeridad?
–No. No puedo estar satisfecho porque no se puede llevar a un cuerpo de nazareno de la forma que lo hemos llevado. Había un clamor popular de que había que cumplir los horarios y que la Macarena era culpable. Este año, una vez que salimos de la carrera oficial y miro para atrás y no había ni una cruz de guía detrás de nosotros. Decían que fuéramos por la Alfalfa, y ¿por qué? ¿viene el Calvario por detrás de nosotros o la Esperanza de Triana? La que viene detrás es los Gitanos y le faltan tres horas para cogernos. Este año lo que hemos hecho es un alarde pero a costa del sacrificio de nuestros hermanos. Situación que me costaría mucho volver a pedírselo a mis propios hermanos, pero ellos comprendieron las presiones por las que venía atravesando la junta de gobierno para cumplir el horario y se ha cumplido a rajatabla, lo que no han hecho otras hermandades.

¿Lo de la Madrugá y los horarios tiene solución? ¿Se ha barajado alguna otra opción para que esto no se vuelva a repetir?
–Lo digo siempre. Nos tenemos que reunir los seis hermanos mayores con el delegado de la Madrugá y buscar soluciones, que las hay. A mí por ejemplo me ha llegado ya una que es fenomenal. No me ha llegado por su hermano mayor pero son rumores que si es así es un pequeño sacrificio que va hacer la hermandad de los Gitanos sin tener que mandarla a la Alameda de Hércules y yo creo que con eso se soluciona todo. Eso sí, con un poquito de voluntad para no llevarnos dos horas en la Campana, que vamos haciendo estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, no a la Santa Campana.

¿Qué recuerdos le quedan en la memoria de aquel mayo de 1964?
–Ciertamente muy poco, más que lo que leí porque no pude entrar en la Catedral. Entonces que no había ni teléfonos móviles ni tantos adelantos como hoy, yo tenía un negocio que no lo podía cerrar y cuando pude escaparme salí corriendo para la Plaza de España y me encontré a un amigo que me preguntó que a donde iba si la Macarena estaba en la Catedral. Claro, cuando llegué ya no pude entrar.

Por último. Que salga la Macarena es sinónimo de un mar de devotos y emociones. ¿Cómo se la ofrecería a Sevilla?
–La Virgen sale a darle Esperanza a Sevilla que seguro buena falta le hace. Que transmita toda la alegría y por un rato se nos olvide tantos problemas por los que viene atravesando Sevilla y España entera.

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