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Sevilla

Abacería, la excusa para duplicar los bares en Arfe

La asociación Torre del Oro denuncia que con la figura de este establecimiento, el 80% de los locales de esta calle son de copas

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  • Bares en el Arenal -

Hartos, abandonados y “muy mosqueados”, así se muestran los vecinos del Arenal, que denuncian cómo se ha multiplicado el número de bares en la zona gracias a las “falsas abacerías”, una figura que ha permitido que una zona saturada de ruidos pueda seguir incrementando el número de este tipo de establecimientos ante la pasividad municipal.

Según María Jesús Luque, vocal de la asociación Torre del Oro, si la problemática de ruidos es constante todo el año en la zona, con la llegada de estas fechas se ha incrementado hasta el punto de que los fines de semana “es como si pasara la Macarena”, por el ruido, por la sociedad y por la aglomeración de gente bebiendo en la calle, que incluso dificultan el acceso de los vecinos a sus viviendas.

Luque asegura que volverán como ya hicieron hace casi un año con el bar El Gallo Negro -que ha vuelto con más fuerza, asegura- con  un notario para constatar los incumplimientos en materia de ruidos, seguridad y limpieza que se producen en la zona, aunque esta vez su intención es llevarlo ante el Tribunal de Estrasburgo, ya que entienden que se está conculcando la sentencia del TSJA que esa misma asociación le ganó al Ayuntamiento de Sevilla por su pasividad ante las denuncias de los vecinos.

Pero el caso del Arenal tiene sus propias características: si en aquellos años el problema era el botellón, los problemas de ruido y aglomeración los provocan ahora los bares de copas y sus clientes, personas adultas que ocupan aceras y calzadas hasta altas horas de la madrugada.

Pero es una zona saturada de ruidos desde hace años, por lo que en teoría no tendría que haberse incrementado este tipo de establecimientos. “El 80% de los bajos de la calle Arfe está ocupado por bares, cuando hace un par de años era del 30 ó 40%”, apunta Luque, ya que los empresarios están utilizando la figura de la abacería (que antes sólo vendía garbanzos) para instalar en verdad bares de copas. “Las falsas abacerías son hasta tablaos flamencos”, dice Luque con indignación, que une a esta situación la “aberrante” ordenanza de ruidos del Ayuntamiento.

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