Dos acciones del argentino Ángel Di María prolongaron la frustración del Atlético de Madrid en los derbis frente al Real Madrid, al que le bastó un 'chispazo' en la segunda parte para firmar la enésima decepción rojiblanca en sus duelos ante el 'eterno' rival y casi asegurar la segunda posición en la Liga.
El derbi no cambia para el Atlético. La misma historia, como un peso que cae sobre el conjunto rojiblanco en cada enfrentamiento ante ese oponente, se repite sin remedio, ya sea en el Calderón o en el Bernabéu, con unos nombres u otros en la alineación inicial, en el banquillo o en el cargo de entrenador. No halla la fórmula.
Ni con más oportunidades que su rival ni con una versión repleta de suplentes del Real Madrid, más pendiente de las semifinales de la Liga de Campeones que de otra cosa (sólo repetían Diego López, Pepe y Khedira en el once respecto al choque del pasado miércoles en Dortmund), ni con un gol a su favor nada más iniciarse el partido, en el minuto 3, en un cabezazo del colombiano Radamel Falcao, el Atlético derribó al conjunto blanco.
No lo hizo porque le faltó fútbol y precisión, primero, para desmontar la defensa del Real Madrid, porque tampoco tuvo eficacia cuando sí sometió a más agobio a su contrincante, en los minutos iniciales de la segunda parte, y quizá, también, porque tampoco tuvo fortuna en el 1-1 del argentino Di María, antes del cuarto de hora.
Su lanzamiento de falta lejano al área, en busca de algún rematador, en la primera vez que el balón pisaba el área rojiblanca, se envenenó a unos metros de la portería del belga Thibaut Courtois tocó en Juanfran y se alojó en la red, junto al palo, como un golpe insoportable para el Atlético y un alivio para el equipo blanco.
No había hecho nada el Real Madrid para el empate, pero tampoco el Atlético para ir por delante. Sin nada de uno y otro equipo, sin fútbol, pero ya con dos goles en el marcador, transitó el encuentro camino del descanso, con más intenciones que juego por parte de los dos conjuntos, en un enredo constante en medio campo sin solución.
Llegó más el grupo dirigido por el argentino Diego Simeone, pero quedaba bloqueado en los alrededores del área, sin más recursos que unos cuantos centros laterales bien solventados por la zaga rival, más por impulsos de ambición que por juego, salvo cuando Gabi dibujaba algún pase al espacio, a la carrera de Diego Costa.
El Real Madrid fue mucho más concreto, esa condición que definen partidos y que hoy le permitió marcharse del Calderón con los tres puntos. Aunque el francés Karim Benzema, en una acción de Di María, perdonó instantes antes del intermedio, ganado en el pulso por el gol por Courtois, el Real Madrid aprovechó su siguiente ocasión.
Ya era el minuto 62, el Atlético manejaba entonces el choque, con un buen primer cuarto de hora de la segunda parte, con ambición, al acecho de su oponente y con un puñado de oportunidades, como un cabezazo de Raúl García, un tiro fallido de Gabi o un penalti reclamado por Falcao, pero fue el Real Madrid el que marcó.
De nuevo Di María. El argentino fue un problema defensivo para el Atlético. Nadie tenía la mente más lucida en el inconsistente ataque madridista que el extremo, una bala con la pelota y protagonista de todo lo que hizo su equipo hacia el marco rival en todo el choque, la última transformada en gol con un tiro cruzado ante Courtois.
Suficiente para doblegar otra vez más al Atlético, que lo intentó con todo, hasta el final, pero que volvió a caer en un derbi. Y ya van 25 consecutivos, una frustración para el equipo rojiblanco, que pierde de vista la segunda plaza, ya a seis puntos, tras un duelo resuelto con otra decepción frente al Real Madrid.