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Ronda

El nuevo PGOU, ¿papel mojado?

Decisiones de la Junta y el Gobierno generan dudas sobre el proyecto

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A primeros del mes de julio el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ronda pasó por pleno, donde fue aprobado inicialmente. Habían pasado 8 años desde que se inició un proceso que, por el camino, encontró dificultades de todo tipo. Hubo ‘monitos’, denuncias públicas por supuestas filtraciones, idas y venidas de supuestos diagnósticos y presuntos avances. Y hasta una moción de censura amparada, entre otros argumentos, en la paralización de tan importante proyecto. Al final, todo ese tiempo después de iniciarse el trabajo para redactar un nuevo plan que diese respuestas a las necesidades actuales de la ciudad, pareció verse algo de luz al final del túnel cuando a mediados de junio el nuevo PGOU llegó a Ronda. Ahora, sólo medio año después, las decisiones del Gobierno y la Junta parecen haber convertido el documento en papel mojado.
El PGOU es todo un reto para el equipo de Gobierno. Un Gobierno que en apenas dos meses se ha encontrado con dificultades tales que han manchado por completo ese nuevo plan. De no tomarse algunas importantes decisiones, la espera puede volver a ser de años.
De entrada, PP y PA deberán resolver el asunto del centro de recepción de visitantes. Y es que la Junta de Andalucía comprometió su visto bueno al nuevo PGOU a que se cambie el proyecto, por lo que a su ubicación se refiere. Si prosperan o no las contestaciones de los promotores  de Cetur y del propio Ayuntamiento al famoso informe de la Consejería de Cultura ya se verá. Pero incluso aceptando finalmente la Junta el proyecto, algo que parece “muy poco posible”, según fuentes de la delegación de Cultura consultadas por RONDA SEMANAL, el Ayuntamiento tendría que valorar si políticamente interesa una guerra con todo un barrio, al oponerse buenas parte de los vecinos del barrio de San Francisco de manera frontal a este proyecto.
Pero es que ese documento que afirmaba, desde luego por error, que en Ronda había un metro como medio de transporte, se aprobó proponiendo el traslado de la estación de trenes hasta La Indiana, para reconvertir los terrenos de la actual RENFE en un nuevo gran bulevar, al que se propuso incluso un nombre: Avenida de La Estación. Ahora, tras que el Gobierno Central haya decidido que la alta velocidad no llegará a Ronda, la alcaldesa y ya dimitido concejal de Urbanismo afirmaron que hubo un error. Que nunca hubo intención de sacar la estación de trenes de la ciudad. Se antoja difícil que, con el espacio que el avance del PGOU dedica al proyecto de la citada Avenida de la Estación, PP y PA no advirtieran el supuesto error antes de su aprobación, si es que como dijeron Mari Paz Fernández y Daniel Harillo nunca hubo intención de sacar el tren de Ronda. Sea como fuere, como al final el AVE no llegará a la ciudad, habrá que hacer otros muchos cambios en un PGOU que venía a planear lo contrario.
Como ya advirtió RONDA SEMANAL en junio pasado, cuando adelantó el contenido del PGOU a la opinión pública, el desarrollo de proyectos como el centro de visitantes o incluso las propuestas de movilidad y transportes, la verdadera tarea del equipo de Gobierno actual no es otra que volcarse en negociar y hacer realidad lo plasmado en papel para allanar el camino a venideras corporaciones. Esa unanimidad que se intuyó difícil no fue posible, puesto que PSOE e IU no apoyaron el proyecto, el PSOE con su abstención e Izquierda Unida con su voto contrario: “El PGOU nace muerto, no tiene legitimación social y ha sido un esfuerzo inútil”, decía en octubre pasado Teresa Valdenebro, la portavoz socialista, al dar a conocer las 29 alegaciones presentadas al documento por su partido y reconocer las cientos y miles de alegaciones particulares y colectivas a un documento que, defendió, “ha nacido sin el consenso ni el debate”. El hecho de que la tramitación no hubiera contemplado una fase previa de diagnóstico, llevó a Paqui González, de Izquierda Unida, a asegurar que “el avance nace necesariamente cojo”.

¿QUIÉN GESTIONARÁ EL PROBLEMA?

Ahora la siguiente pregunta es saber a quién corresponderá la tarea de gestionar los importantes retos urbanísticos que tiene una ciudad que debe arrancar en cuanto a proyectos de inversión en futuro se refiere. No cabe duda que, pese a que la alcaldesa de la ciudad supo cerrar, al menos ante la opinión pública, la profunda crisis de Gobierno abierta en el seno del bipartito, la marcha de Daniel Harillo abre esa otra situación de incertidumbre. Harillo, el principal valedor del pacto de Gobierno, hombre fuerte de dicho Gobierno y máximo responsable del Urbanismo en Ronda, fue también el valedor del actual PGOU. Y alguien debe tomar su testigo. ¿Se quedará el PP con esta responsabilidad? ¿Introducirán populares y andalucistas algunos otros cambios en esa idea inicial de planeamiento que se aprobó en pleno en julio pasado?
La alcaldesa, quien únicamente tiene esas respuestas en estos momentos, ha preferido esta semana lanzar sus dardos a la Junta de Andalucía, a quien ha culpado de poner trabas a la tramitación del nuevo PGOU. Fernández cerraba una rueda de prensa donde el Partido Popular, en la sede de la formación en Ronda, criticaba los presupuestos de la Junta para 2013 y su “nula2 inversión para Ronda y su comarca. La regidora, sin embargo, sabedora de los problemas que tiene encima su gobierno, no obvió esta situación que se plantea: “Quieren seguir manteniendo a la ciudad alejada del proyecto”, decía Mari Paz Fernández tras que el Gobierno andaluz haya rechazado la construcción del Centro de Visitantes.
Pero no se olvidó tampoco la alcaldesa de la incertidumbre que ha generado la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que ha venido también a tumbar el proyecto de Los Merinos, anulando el Plan Parcial de Ordenación que daba luz verde a las actuaciones en la finca. Denunció nuevamente que la Junta no alegara dicha sentencia, como sí hizo el Ayuntamiento. A propósito del asunto, la concejal de Hacienda, María del Carmen Martínez, afirmaba esta semana en un periódico provincial que el presupuesto, de entrada, no ha podido aprobarse antes de final de año tras la situación planteada, que deja al Ayuntamiento “sin capacidad inversora”, decía Martínez.
Futuro incierto, así por tanto, que requiere pies de plomo. Veremos.

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