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Arcos

Un hostelero nato y un animador sociocultural

Manuel Gutiérrez Lechuga Empresario hostelero. Rey Gaspar para la cabalgata arcense de 2013

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  • Manuel es un hombre afable y un excelente rey mago. -

josé antonio benítez
arcos
El de Manuel Gutiérrez Lechuga es posiblemente uno de los rostros más conocidos en el ambiente hostelero de Arcos. Sus años al frente de una de los mejores bares y cafeterías de la ciudad, Lechuga, lo convierten en un referente dentro de su gremio y entre sus compañeros del sector.
Este auténtico animador social es noticia estos días por su reciente nombramiento como Rey Gaspar en la próxima cabalgata de Reyes Magos de Arcos, un honor que comparte con sus ya compañeros de viaje Luis Miguel Rosales García (Rey Melchor) y Manuel Padilla Pajuelo (Baltasar).
Manolo, como lo llaman sus amigos y clientes, nació el 9 de enero de 1973. Estudió en el colegio La Salle, donde los alumnos de la época recordarán a este entonces niño por su simpatía y su desparpajo.


Su trayectoria profesional en el mundo de la hostelería se inició en la cafetería A Tres Bandas. Después trabajaría unos días en el hotel El Lago, aunque también pasaría por el hostal Andalucía e incluso trabajó una época en Marbella. También de forma puntualmente en algún que otro acontecimiento organizado por el restaurante Revertito. Pero donde más tiempo permaneció fue en la cafetería A Tres Bandas, la cual, tristemente, ha cerrado recientemente.


Su padre tenía un local en la calle Venezuela, donde se le ocurrió que su hijo podría montar su propio negocio, el cual cumplirá en marzo próximo sus primeros dieciocho años de historia.
Manolo sabe que hasta el momento no se puede “quejar” de cómo le ha tratado el negocio, pues considera que tanto su clientela como su fidelidad hacia su propio establecimiento han sido factores determinantes. Eso no impide que Manolo desee, como la mayoría de empresarios, que la situación mejore en pos de todos los ciudadanos.


Su bar y cafetería no es un establecimiento al uso, pues Manolo viene imprimiéndole un acusado carácter cultural. De hecho, ha reservado un espacio dentro de su local para exposiciones permanentes de pintores y otros artistas de la ciudad, a los que hace un llamamiento para ofrecerles sus instalaciones. En este sentido, la próxima primavera su concurso fotográfico en torno a la Semana Santa cumplirá seis ediciones, deparando hasta el momento cinco hermosos carteles cofrades, a cual más bello y sentimental. Asimismo, Lechuga ha querido rendir un original tributo al vino como producto esencial en la cultura de nuestra tierra, convocando el I Concurso Fotográfico del Vino y su Entorno. Y es que su bar y cafetería también tiene al vino como un producto clave en su oferta; un vino cada vez más apreciado y demandado por el público, particularmente los vinos tinto que da la tierra.  Entre sus proyectos más inmediatos, en diciembre tiene previsto abrir al público una nueva exposición de pintura.


Manolo sabe que estas acciones culturales y empresariales no tendrían sentido si no contara con un público: “'Sin nuestros clientes no estaríamos aquí. Aprovecho para enviarles un abrazo”.
En el lado más personal, Manolo es un hombre de pocas aficiones, pues el tiempo que dedica a su negocio y a su familia así se lo impide. No obstante, sigue el deporte y le gusta viajar, aunque últimamente no pueda hacerlo con frecuencia. Amante de la naturaleza, posee su propio “campito” que le proporciona algunos productos de primera necesidad, ya que cría algunos animales y trabaja una pequeña huerta.


En su vida familiar, Manolo no puede ocultar su orgullo por estar casado con “una mujer maravillosa”, puesto que le ayuda y le acompaña en “todo” lo que hace a nivel empresarial y personal, apoyando su trabajo y cada uno de sus proyectos. Pero también está orgulloso de sus dos hijos, de doce y ocho años, a los que procura dedicar el poco tiempo libre del que dispone en su vida diaria.

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