La huelga general tuvo un seguimiento importante en Puente Genil, ya que el paro fue mayoritariamente secundado en sectores como la industria, la construcción, y el transporte de mercancías, pero, por el contrario, tuvo menos incidencia en el comercio, en la educación y en la sanidad, si bien en estos dos últimos casos se notó un significativo descenso tanto en la asistencia de alumnos a las clases como en el número de pacientes en las consultas.
En el caso de la educación se hizo visible la división entre los que secundaron la huelga y los que no, ya que mientras los profesores optaron mayoritariamente por acudir a sus respectivos puestos de trabajo, los alumnos hicieron justamente lo contrario, dando lugar a las típicas estampas de aulas vacías y a una actividad en colegios e institutos muy inferior a la de una jornada normal.