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Cádiz

“La huelga del 14-N trasciende a lo estrictamente laboral”

El próximo 30 de noviembre se celebrará el

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  • Manuel Ruiz, secretario de CCOO en la provincia de Cádiz.

Después de 12 años al frente de la secretaria provincial de CCOO, Manuel Ruiz se prepara para dejar el cargo a partir del 30 de noviembre. Pero antes, tiene el reto de movilizar a los trabajadores de la provincia para que participen en la huelga general del próximo 14 de noviembre. Ruiz insiste en la necesidad de trasladar a todos los rincones el profundo deterioro del modelo laboral y su repercusión en el modelo social como consecuencia de las políticas antieconómicas y antisociales como uno de los principales argumentos para sacar adelante esta convocatoria de huelga que tiene más de social que de laboral.

—El paro volvió a subir en casi todos los municipios de Cádiz en el mes de octubre, ¿qué valoración hace de la situación actual de desempleo en la provincia?
—Los datos de paro registrado durante el último mes indican la realidad que venimos padeciendo cada día. Es triste que ya ni siquiera nos sorprendamos con estas cifras, ni del crecimiento que se produce mes a mes. Nosotros lo venimos anunciando y desgraciadamente acertamos, porque mientras no se reactive la economía y no se genere empleo, la tendencia es de seguir incrementado el número de parados. Cada día cierran más empresas y vemos que cada vez son más las que se acogen a Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Por tanto, son datos malos y previsibles, que tienen un origen cierto y conocido, que obedecen a unas políticas que se vienen ejecutando en este país totalmente nefastas para el mundo del trabajo. Somos conscientes de la crisis, pero estamos seguros de que las consecuencias no hubiesen sido tan brutales si se hubieran tomado las medidas adecuadas. El Gobierno debería aplicar otro tipo de medidas, porque es la Administración la que tiene que pilotar la salida de esta crisis y no actuar como le piden los mercados y la Unión Europea.

—¿Ese aumento en el número de ERE puede ser consecuencia de la Reforma Laboral?
—La Reforma Laboral ha facilitado la destrucción de empleo, porque hay que tener en cuenta
que se ha eliminado la intervención de la Administración que hasta ese momento servía como catalizador de acuerdos, independientemente de que estos fueran mejores o peores. Ahora toda la autoridad la tiene el empresario. Todo eso unido a que la cultura empresarial de España es muy negativa es una auténtica bomba. De hecho, se ha demostrado que esta reforma no ha servido para generar empleo, sino todo lo contrario. El presidente de Diputación ha dicho que había que analizar la reforma laboral porque había provincias en las que había crecido el empleo. Si analizas los datos, sólo en cinco provincias españolas ha crecido, y en muchas otras se ha destruido el doble de lo que venía perdiendo, así que la visión que ofrece José Loaiza no es real.


—¿Qué le parece la propuesta de la Junta para que el Consorcio adquiera los terrenos de Delphi?
—Fue una sorpresa, pero estamos habituados a esta falta de elegancia política. El Consorcio lo conforman cuatro administraciones que son el Ayuntamiento de Puerto Real, Diputación, la Junta de Andalucía y el Estado. Esta provincia lo que necesita es que se aúnan esfuerzos y que se acuerden propuestas. Esta salida de la Junta a nosotros nos parece una falta de respeto al resto de las partes integrantes del Consorcio. CCOO comparte que los terrenos de Delphi deben se públicos, porque siempre será mejor de cara a atraer empresas, pero estas cosas hay que hacerlas de otra manera. Si ésa es la manera de hacer política que la Junta de Andalucía quiere implantar en esta provincia, vuelve a equivocarse. La elegancia no se puede perder y eso pasa por que se sientan en la mesa y lleguen a acuerdos, aunque sólo sea por respeto a quienes nos representan. CCOO cree que propuestas como ésta lo que hacen es enfrentar al resto de las partes que forman el Consorcio.

—Después de cinco años del cierre de Delphi, y teniendo en cuenta que la Administración autonómica no ha sido capaz de encontrar una salida a los casi 600 trabajadores afectados, ¿se fía de esta propuesta o sólo se ha hecho para enmudecer las protestas del colectivo?
—Todo es posible, porque no hay que olvidar que la Junta lleva desde 2007 con un compromiso de recolocación encima de la mesa y por distintas razones no ha sido capaz de cumplirlo. Esto es un fracaso del Gobierno autonómico, y un fracaso para la Bahía de Cádiz, y mucho nos tememos que sólo se trata de una salida de tono, porque piensan que con cambiar la titularidad de los terrenos de Delphi ya se ha solucionado el problema, cuando la realidad es que eso es sólo el principio. La parte importante está en dónde se van a recolocar a los parados. Creo que la Junta debería tener mucha sensibilidad al tratar de este tema, buscar salida al colectivo, y no querer disfrazar su comportamiento con propuestas como ésta, y de la manera que lo está haciendo.

—La Junta ya ha anunciado que no habrá más ayudas para los afectados de Delphi, ¿cree que es justo que se les empiece a tratar como al resto de los parados o deben seguir con un tratamiento en cierta medida especial como hasta ahora? 
—El problema de CCOO son los 211.000 parados de la provincia, todos por igual, pero lo que no podemos eludir es que la Junta adquirió un compromiso especial con estos trabajadores, y que lo único que le pedimos es que lo cumpla. Si el Gobierno autonómico no es capaz de cumplir con el compromiso que tiene por escrito con estos trabajadores, qué pasará con los demás. Creemos que la Junta tiene que cumplir porque eso le daría credibilidad y se generaría actividad que podría servir para absorber a más gente. En cualquier caso, quiero dejar claro que para CCOO no existen parados de primera y de segunda. Lo que está en juego es la credibilidad de la Junta, porque si la solución que se quiere dar son programas de ayudas de dos o tres meses, mal lo vamos a llevar.

—En estos momentos las únicas empresas que sobreviven en la Bahía son Navantia, Dragados Offshore y Alestis, y también están con la espada de Damocles, ¿cree que 2013 será el año de la defunción de la industria en esta zona?
—2013 va a ser un año muy malo porque las perspectivas de carga de trabajo en estas empresas son muy limitadas. En el sector naval hasta ahora lo que hay son contratos de poca envergadura, y la construcción está totalmente parada. Es urgente que lleguen contratos en el sector naval porque, a diferencia de la construcción, permite crear empleo rápido. Creo que Alestis puede sobrevivir, pero para ello es necesario que haya una apuesta política para configurar el grupo empresarial de una manera seria. El sector de la automoción se ha ido al traste con el cierre de Visteon y los nuevos proyectos que nacieron al olor de las subvenciones tras el cierre de Delphi también han ido cayendo. Así que el tejido industrial de la provincia es crítico.

—El 30 de noviembre se celebra el Congreso por el que saldrá elegido el nuevo secretario provincial de CCOO. ¿Qué balance hace de estos 12 años al frente del sindicato en Cádiz?
—Han sido 12 años muy interesantes y enriquecedores en lo personal. La organización se ha ido reforzando en términos de afiliación y de presencia en la sociedad. Desgraciadamente, Cádiz nunca ha sido una provincia cómoda desde el punto de vista de la situación del empleo, pero sí ha sido una satisfacción encontrar a tantas personas que siguen entendiendo que el sindicalismo de clase es un buen referente, aunque los medios de comunicación y los gobiernos nos denosten constantemente.

—¿Cuál es su mayor logro en todo este tiempo?
—Las cosas buenas se olvidan pronto. Me quedo, sobre todo, con la respuesta de los trabajadores en momentos difíciles. He encontrado apoyo allá por donde he ido. En definitiva, una serie de valores que por mucho que algunos quieran no se van a perder nunca. Personalmente me satisface que me hayan dado la oportunidad de trabajar para los demás desde el mundo sindical, con todos los déficits que haya podido tener.

—La imagen pública de los sindicatos ha decaído bastante, ¿por qué?
—La crisis hace mella en el número de afiliaciones, porque aquellos que no tienen ingresos lo primero que hacen es darse de baja. A esto se le une la campaña brutal que existe desde hace unos años contra los sindicatos y que nunca antes habíamos conocido. Pero los que conocemos este mundo por dentro, sabemos que nos estamos recuperando a marchas forzadas y que seguimos siendo una necesidad en el mundo del trabajo. Los medios de comunicación tienen sus intereses y eso también supone viento en contra. Son tiempos de trabajo para recuperarnos un poco, pero no nos están haciendo tanto daños como algunos quieren hacer ver.

—¿Cómo es que Cádiz no ha ardido ya con las cifras de paro? ¿Por qué no se movilizan los gaditanos?
—La persona en desempleo lo primero que hace es desvincularse de cualquier tipo de organización y vive su drama con su familia. Es fundamental que el parado asuma que tiene que seguir organizado. Tenemos que intentar que se sientan parte de una organización sindical y no como parado, sino como parte del movimiento obrero.

—¿CCOO se podría mantener sólo con la cuota de los afiliados?
—Sí. Nosotros hemos ido creciendo sin ningún tipo de ayuda. Igual daríamos menos servicios, pero seguiríamos en la calle y organizando asambleas. Pero tampoco vamos a reunciar a la parte que nos toca. En nuestra Constitución aparecen reconocidos los agentes económicos, sociales y los partidos políticos. Por qué vamos a tener menos derechos que un partido político, que también reciben dinero del Estado. Sin embargo, parece que ahora se nos quiere negar a los sindicatos el pan y la sal. Nosotros no somos una ONG, ni tenemos por qué serla. Podríamos vivir perfectamente, pero no renunciamos a la parte que nos toca por la afiliación que tenemos, por el papel que jugamos y porque está recogido en el modelo constitucional.

—El presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Miguel González Saucedo, ha dicho que la huelga general se debe desconvocar porque la provincia no se lo puede permitir, ¿qué opina?
—Ninguna huelga viene bien, pero le vienen bien las políticas que se están aplicando en este país,  o sólo tenemos que medirnos por las horas de trabajo que se echan. Ésta y cuantas hagan falta para cambiar este tipo de políticas. No tiene valor las pérdidas que estamos teniendo en derechos, comparado con un día de productividad. Pongamos a trabajar a los 200.000 gaditanos que están en paro y mejorará la productividad. La solución no es estar callados.

—En el caso de Cádiz capital, la huelga coincide con las vísperas de una Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, ¿no cree que le puede perjudicar todavía más a esta ciudad?
—Como en todo, esto tiene sus pros y sus contras. Esta huelga ha nacido a nivel europeo y se ha producido una coincidencia en el tiempo. Nadie pone en duda que son fechas señalados para la capital gaditana, aunque el resto de la provincia vive muy alejada del Bicentenario. Pero bueno, cuando pase este año seguiremos teniendo 200.000 parados sin expectativas. Creo que la persona que venga se va a llevar una imagen más real de la provincia más allá de los festejos, de las conmemoraciones y de los premios.

—¿Por qué tienen que participar los gaditanos en esta huelga?
—Esta huelga está convocada por la Cumbre Social y nosotros somos parte de ella. Creemos que la movilización debe ser social, más profunda de lo normal y participativa, porque estamos en una situación terminal. Necesitamos frenar las políticas que se están aplicando, porque la gente tiene derecho a un futuro diferente. No podemos permitir ni un sólo paso atrás en nuestros derechos y libertades y que se pongan en cuestión temas que deberían de estar más que aceptados y cerrados. La particularidad de esta huelga  es que no se ciñe a lo puramente laboral como en otras ocasiones, sino al conjunto de derechos y libertades que están desapareciendo de un plumazo, y por eso participan en ella tantas asociaciones y entidades. No podemos consentir que el papel de las mujeres en el mundo del trabajo se esté reduciendo de una manera tan dramática. Estamos escuchando poco menos que el trabajo corresponde al hombre y que la mujer tiene que volver al hogar a cuidar de sus hijos. Eso es muy peligroso socialmente y significa una vuelta atrás de 40 años. Cuando hablamos de libertades no nos referimos a tener más calle para correr, hablamos de derechos conquistados a lo largo del tiempo. La realidad es que se están poniendo una serie de medidas en práctica que parece que van en contra de todo esto y eso no se puede asumir sin más. El problema es que los políticos lo están haciendo desde el convencimiento, porque existe una parte de la sociedad que aún no quiere que avancemos en igualdad.

—¿Alguna vez se van a poner de acuerdo en algo sindicatos y empresarios?
—En medidas puntuales sí hemos coincidido pero a nivel general no porque defendemos intereses contrarios. Los empresarios buscan beneficios sólo para ellos y nosotros reconocemos que deben tenerlos, pero para ello no pueden utilizar al trabajador como un mero instrumento de usar y tirar. La crisis ha remarcado las diferencias entre empresarios y trabajadores, pero sí que hemos coincidido en algunos puntos. A nivel de infraestructuras de la provincia, gracias a la unión entre estas dos fuerzas conseguimos que se mejoraran las comunicaciones con la Sierra y las zonas costeras. Recuerdo unas declaraciones del presidente de la CEC donde defendía a ultranza la necesidad de mantener el empleo agrario y las medidas de protección. Cuando hablamos de revitalizar el tejido industrial y empresarial también coincidimos, pero por lo general defendemos posturas antagónicas.

—Su homólogo en Córdoba comparó hace unos días a Cáritas con la mafia, ¿comparte usted esta valoración?
—Nosotros estamos muy comprometidos y respetamos a todas las asociaciones que realizan una labor social. Si las palabras no se han sacado de contexto, es un lapsus que tendrá que corregir. Yo por mi parte estoy convencido de que el compañero no se explicó bien, porque lleva años realizando una labor encomiable y no me encaja con su manera de pensar.

—¿Qué opina de la lucha obrera de José Manuel Gordillo y de sus polémicas acciones?
—El sindicalismo tiene muchas variantes. Para nosotros el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) tiene un componente muy de simbolismo, es el compontente más utópico del sindicalismo. Sus planteamientos no son para hoy. Quedan bien en el momento, pero al día siguiente los trabajadores siguen con sus problemas. Además  de reivindicar hay que gestionar, y eso forma parte de otro sindicalismo mucho más cercano a la realidad que el del SAT.

—¿Qué le parece el final que ha tenido el conflicto de los trabajadores de Sufi-Cointer en la capital gaditana?
—De no haberse llegado a acuerdo, hubiésemos reactivado la huelga. Creemos que en este conflicto ha habido una parte que ha respondido bien y otra que no, por miedo o las circunstancias que sean no. Esperemos que la plantilla tome nota, no de lo que ha pasado, sino de que no han sido capaces de defender sus intereses.

—¿Qué va a hacer Manuel Ruiz una vez que deje de ser secretario provincial?
—Trabajo siempre hay. De momento, voy a esperar a que termine el Congreso. Ahora mismo no me estoy planteando lo que voy a hacer luego. Me tomaré algunos días de descanso y luego a seguir trabajando y de alguna manera seguiré vinculado a la labor sindical. No voy a estar en ningún cargo, pero en la calle voy a seguir estando. Son muchos años y es mi manera de ser.

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