Lo de ayer fue una noche para la historia. De tal magnitud como si de un título se tratase. Y no era para menos. El que pisaba el Sánchez-Pizjuán era el auténtico pilar de la etapa dorada del Sevilla FC.
Frédéric Kanouté vino a su ciudad para decir por penúltima vez ‘adiós’. Con el eterno Palop en la portería. En la línea de cuatro el profesional Hinkel, el capitán Pablo Alfaro, el guerrillero Aitor Ocio y el todoterreno David Castedo. En la medular, el incombustible Pep Martí. Por bandas, la moto Capel y la clase de Navas. Y arriba, tan grande como su nombre, Kanouté. Dirigendo desde el banquillo de los triunfos, Míchel y Antonio Álvarez. En frente, en nombre de los países del mundo, Jiménez y el gran Manolo Cardo. No faltó a la cita ni el líder Javi Navarro, que aunque no se visitera de corto, depositó su alma en la bombonera de Nervión. Nombres de noches memorables, nombres de éxitos, nombres de títulos. Hasta la voz de la gloria, la de ‘El Arrebato’, confeccionó un tema propio para una noche de letras de oro. “Amigo Kanouté, hermano Kanouté”, así lo recibió el que puso la música de la canción más tarareada por Europa de aquel no tan lejano Sevilla de la eternidad. Y a las 21.45 horas comenzó el espectáculo del fútbol, ese que nunca brilló por su ausencia en las botas de Kanouté. Ricardo, que puso el espectáculo, Toquero, Güiza, Keita, Marchena, Bodipo, Movilla, Capdevilla, Iriney..., hasta Perotti que volvió a disfrutar del fútbol tras su prolongada lesión, acompañaron a Freddy en un partido en el que únicamente ganó el Cuerno de África, con la Ciudad de los Niños.
En el minuto 12, con 1-1 en el luminoso, Kanouté se despidió del escudo que tantos años llevó siempre en el corazón. Se marchaba tras un manteo de los jugadores a los que guió al éxito. Y en ‘16, la emoción del recuerdo de Puerta, con una camiseta de la zurda de diamante que mostró Kanouté, al que se unieron Capdevilla del Espanyol con el ‘21’ de Jarque e Iriney con el ‘26’ de Miki Roqué. El resultado final (SFK 4-7 Champions), lo de menos.
26 años ha discurrido desde el último homenaje a un guerrero de Nervión (Curro Sanjosé). ¿Cuánto deberá pasar para que nuevamente 35.000 almas digan adiós a un hito del fútbol sevillano? Merci Kanouté. Suerte amigo.