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Campo de Gibraltar

Barreras contra la movilidad: cuando moverse por Algeciras es difícil

Los discapacitados algecireños se ven obligados con frecuencia a invadir la carretera por la insuficiente anchura de las aceras o falta de rampas

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  • Un paso de peatones desplazado en el que no se ha instalado rampa cerca de la estación de autobuses. -

En unos días en los que se habla precisamente de movilidad, muchos algecireños se encuentran con grandes barreras urbanas y arquitectónicas en su recorrido por la ciudad. Durante toda una mañana, VIVA CAMPO DE GIBRALTAR ha acompañado a una persona en silla de ruedas  en su trayecto desde su vivienda, en El Saladillo, hasta el centro.

Eugenio Ruiz Torres, casado y padre de dos hijos de 17 y 15 años, miembro del colectivo comarcal de Esclerosis Múltiple, ya no puede caminar sin ayuda. La primera dificultad con la que se encuentra es salir de su casa, un tercero sin ascensor, lo que le obliga a recibir ayuda.

Nada más salir a la calle, comienzan a surgir barreras. En la propia calle Miguel Hernández, una pequeña rampa se encuentra impracticable y lo que debería ser un paso sencillo, obliga a un amigo a echarle una mano.

Superada la calle Miguel Hernández, y dejando atrás el centro de salud, entramos en el pasaje Don Cayo Salvador, con una acera excesivamente estrecha que obliga a Eugenio a cruzar por la carretera. Esta situación se repetirá en la calle Rayos X y otras aledañas. La anchura de la acerca apenas cubre el espacio de la silla.

Ya en la calle Aníbal, las únicas rampas son las de los vados privados. Al encontrarse la vía inclinada lateralmente, se impide el paso de la silla de ruedas. Una vez más, Eugenio vuelve a la carretera, y obliga a un camión a parar para permitirle avanzar.

En la calle Segismundo Moret, en las cercanías de la estación de autobuses, al cruzar para enfilar la calle Duque de Almodóvar, un paso de peatones con sus rampas fue desplazado unos metros por obras, cometiendo el error de dejar el escalón y no poner otra rampa.

Al avanzar por el centro y comunicar con la calle Prim, llegamos a los aledaños de la Plaza Alta. En este tramo, al igual que en las calles Regino Martínez y Sevilla, multitud de establecimientos incumplen la normativa actual de accesibilidad al no contar con rampas en su entrada. Incluso el propio Juzgado de Menores, en la calle Ancha.

En la calle Sevilla, además, la ausencia de rampas y la estrechez de la acera obliga a una persona en silla de ruedas a invadir la carretera central en el último tramo antes de desembocar en General Castaños.

A la Plaza Alta se puede acceder desde varios puntos desde la Iglesia de la Palma, pero varias de sus entradas, como la de la calle Radio Algeciras, cuentan con insalvables escalones para Eugenio.
Finalmente, tras avanzar sin problemas por la avenida Blas Infante, llegamos a la Plaza de Andalucía, en la que para entrar al espacio comercial desde Blas Infante tiene que bordear la parte de escaleras hasta casi llegar a la rotonda con Teniente Miranda.

Por último, la Escuela Oficial de Idiomas tiene facilitado el acceso desde la avenida, pero hay que salvar un leve escalón en la entrada y se produce la paradoja de que el primer piso cuenta con baño para discapacitados...pero para acceder a esta planta hay que subir escaleras.

Eugenio se lamenta de que salvar tantos obstáculos reduce la durabilidad de su silla de ruedas, cuyos desperfectos tiene que costearse él mismo.

Rafael Flores, amigo de Eugenio desde hace años, y quien nos acompañó durante todo el recorrido, se lamentó también de la carencia de plazas de aparcamiento para minusválidos en algunos puntos de la ciudad, como en los aledaños del centro de salud de Menéndez Tolosa, donde señaló una sola plaza “donde debería haber cinco”.

Reivindicación antigua
La Asociación Comarcal de Minusválidos de Algeciras (ACMA) recordó que existe un decreto de la Junta de Andalucía, el 72/1992, que regula las obligaciones sobre barreras urbanas y arquitectónicas, dificultades de acceso, control y percepción, ampliadas en el decreto 293/2009 de 7 de julio, “que tendrían que estar más que cumplidas”. En estos decretos se detallan datos como la anchura de rampas y aceras y obligaciones de establecimientos y edificios públicos.

En el caso de Algeciras, recordó viejas reivindicaciones del colectivo, como la Biblioteca Municipal Cristóbal Delgado, o la eliminación de barreras en el edificio José Luis Cano, que está proyectada.

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