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Torremolinos

La Semana Santa en Torremolinos

La cosmopolita Torremolinos vive su piedad popular a través de los diferentes colectivos religiosos

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La cosmopolita Torremolinos vive su piedad popular a través de los diferentes colectivos religiosos que, pese a la diversidad de creencias, conviven en una esfera de gran armonía y respeto mutuo. En lo que respecta a las tradiciones católicas, arraigadas en el pueblo desde la noche de los tiempos, Torremolinos las conserva puras. Ello es motivo de sorpresa para el visitante, que no espera que una población considerada internacionalmente como la Reina del Turismo continúe tan fiel a su devoto legado. Torremolinos es un hervor de pías tradiciones que se miman como a las niñas de los ojos. Entre las minorías cristianas del municipio destacan las comunidades evangélicas y la Asociación de los testigos Cristianos de Jehová. Otros grupos religiosos predominantes son los conformados por la Comunidad Judía y la Comunidad Musulmana.

En los días en que la mayoría católica celebra la Semana Santa, cuyo solemne cénit son las espectaculares procesiones, coinciden también los memoriales y los oficios religiosos de las diferentes comunidades cristianas. Así, amén del ceremonial pertinente, las comunidades evangélicas se reúnen en sus habituales centros de adoración, particularmente para considerar las preceptivas porciones de los textos sobre la pasión y muerte de Cristo. Los testigos de Jehová conmemoran la muerte de Cristo por medio de observar la Cena del Señor, de cuyos emblemas de pan y vino solamente participa un pequeño grupo. A diferencia de otras colectividades, las congregaciones de testigos de Jehová rememoran la Cena del Señor tras la puesta de sol del 13 de Nisán, en que comienza el día 14, que es cuando celebró Jesucristo una cena con sus apóstoles casi dos mil años atrás. Católicos y protestantes en general observan de manera especial el Jueves y el Viernes Santo.

En la fecha del 14 de Nisán la Comunidad Judía de Torremolinos comienza a celebrar la Pascua, que dura hasta el día 21. Cada familia la festeja en su propio hogar, después de haber asistido a la liturgia sinagogal. Como es tradicional desde los tiempos de Moisés, en la tarde del día 14 (que este año 2012 se corresponde con el 6 de abril) se sacrifica el cordero de Pascua que ha de consumirse durante la cena del Seder, ya entrada la noche del 15 de Nisán, poco después de la puesta de sol del día 14. La Pascua rememora la salida de los israelitas de Egipto y el cabeza de familia narra la historia de aquella liberación, tras lo cual los presentes responden con el “Hallel” o salmos de alabanza exclusivos de la Pascua. El 15 de Nisán, fecha conmemorativa de la liberación, ya que fue un 15 de Nisán cuando los israelitas salieron de Egipto, es día sabático o festivo para el pueblo judío.

La mayoría religiosa del municipio, la católica, cumple en sus respectivas parroquias con el ritual propio de Semana Santa, que se complementa con las solemnes procesiones por las calles. Cuatro son los días en que las procesiones brillan en Torremolinos. El Domingo de Ramos por la mañana, procedente de la Iglesia Madre del Buen Consejo, efectúa su recorrido público “La Pollinica”. En la tarde-noche del Martes procesionan los tronos de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y de María Santísima del Calvario. Ambos, con salida de la Iglesia de Cristo Resucitado, en El Calvario, recorren las principales calles del municipio. El Viernes parten de la Iglesia Madre del Buen Consejo los tronos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de María Santísima de los Dolores. En un impresionante desfile, dos centenares de cofrades que a hombros cargan los pesados tronos, ofrecen a los espectadores una emotiva estampa de sumo recogimiento. Cierra la Semana la pequeña procesión del Cristo Resucitado, de la parroquia del mismo nombre, el domingo de Resurrección.

Significativa es la denominación de “El Calvario” para la conocida barriada de Torremolinos. Se debe a que en tiempos pasados se realizaba un Via Crucis que recorría toda la cuesta, desde la Plaza Costa del Sol hasta la zona donde hoy se asienta el Ayuntamiento, según recoge el escritor José María Souvirón en su novela “Cristo en Torremolinos”. Cada una de las estaciones del original Via Crucis estaba señalada por una hornacina en cuyo interior se alojaba un Cristo crucificado. De ellas únicamente ha quedado como memoria la hornacina del muro de la casa de María Barrabino, en la calle del mismo nombre.

Importante contribución al fervoroso ambiente que en estos días vive Torremolinos es la Muestra de Miniaturas de Semana Santa, instalada en el Ayuntamiento. Reproduce en minúsculo tamaño las procesiones de Semana Santa de Málaga, con los emblemáticos tronos de las más populares cofradías. El broche sonoro de la Semana Santa lo pone el Certamen de Saetas “Ciudad de Torremolinos”, organizado por la Peña Flamenca Amigos del Arte y patrocinado por el propio Ayuntamiento de Torremolinos. Ciertamente, y es maravilla y sorpresa del forastero, el pueblo de Torremolinos vive intensamente, como no muchos lo hacen, su tradicional Semana Santa.

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