El duque ha vuelto a la isla balear en la que ha vivido varios de lo momentos más dulces de su vida para rendir cuentas ante la Justicia. Dos días y un total de más de 21 horas de minucioso interrogatorio en el que el duque se ha desvinculado de la gestión de la mayoría de las sociedades que están siendo investigadas y ha apuntado como principal culpable del entramado a su ex socio DiegoTorres.
El duque de Palma decidió recorrer andando junto a su abogado Mario Pascual Vives los escasos 30 metros hasta la entrada en el Juzgado número 3 de la capital balear.
A pesar de que tenía autorización explícita del juez instructor del caso para entrar al recinto en coche, Iñaki prefirió dar la cara e incluso se detuvo a hablar con la prensa que se agolpaba a las puertas del juzgado.
Con un semblante tranquilo, pero visiblemente más delgado, el marido de la Infanta Cristina señaló: "Vengo a aclarar la verdad de los hechos y a defender mi honor y mi inocencia". Además remarcó estar convencido de que su declaración servirá para "aclarar la verdad de los hechos" y que esta "contribuirá a demostrarlo".
Ante las puertas del juzgado, varias decenas de personas quisieron ver en directo la llegada del duque y allí le recibieron con pitos e insultos hacia él y hacia la Familia Real al grito de 'No hay dos sin tres, la República otra vez'.
Unas 600 personas arremetieron contra el ex deportista a quien profirieron cánticos como 'Nóos has robado' y 'Urdagarín, que curre en el Burguer King'.
En una primera declaración ante el juez Castro, el duque de Palma negó taxativamente estar al corriente de la contabilidad que se llevaba a cabo en el instituto que presidía y acotó su responsabilidad a un ámbito de competencias ligadas al patrocinio y al deporte.
Asimismo señaló a su ex socio Diego Torres como la persona encargada de tomar decisiones en materia de contratación.
Reconoció, no obstante, que sí que llegó a reunirse con el ex presidente del Gobierno balear Jaume Matas y con el ex director general de Deportes José Luis 'Pepote' Ballester, con la intención de patrocinar un equipo de ciclismo. Con estos hechos, los investigadores miran de nuevo hacia Urdangarín, que podría haber pedido 300.000 euros al Ejecutivo balear tras proponer a Matas que fuese la Administración la que patrocinase al equipo.
Durante la sesión del sábado, el juez también inquirió en torno a los congresos de turismo y deporte celebrados en la capital del Turia entre los años 2004 y 2006 bajo el nombre Valencia Summit.
Tres ediciones de unos congresos deportivos que le costaron a la Generalitat Valenciana tres millones de euros y que ahora están bajo sospecha. Sobre este asunto, el encausado aseguró que él simplemente prestó su imagen y la de su mujer para ofrecer "solvencia" y "confianza familiar" y en ningún caso fines publicitarios.
URDANGARÍN DESVINCULA DE LA TRAMA A LA INFANTA CRISTINA E INCULPA A DIEGO TORRES
El domingo se retomó la comparecencia del duque, quien respondió a preguntas relacionadas con los más de 4.000 folios en los que se recogen irregularidades relacionadas con el bautizado como caso Nóos.
Urdangarín negó una vez más estar al tanto del presunto desvío de fondos que a través de Nóos se hizo para favorecer a una red de empresas que presuntamente se han visto favorecidas con fondos públicos provenientes del Gobierno balear. El motivo de estos presuntos desvíos serían la celebración de dos foros en la ciudad de Palma sobre turismo y deporte que habrían costado a las arcas insulares más de un millón de euros.
A lo largo de la comparecencia del duque salió en más de una ocasión la figura de su mujer. Urdangarín, que se refirió en todo momento a su esposa como la Infanta Doña Cristina, la desvinculó totalmente de la trama asegurando que en todo momento estuvo al margen. El imputado dejó claro que si la firma de Doña Cristina figuraba en documentos de la empresa que ambos tienen y que está siendo investigada, Aizoon, era por un mero imperativo legal.
El yerno del Rey subrayó que nunca estuvo al corriente de los temas relacionados con el dinero, señalando a su ex socio DiegoTorres de ser el responsable de haber "negociado contratos públicos a sus espaldas".
Tras 48 horas maratonianas en las que contó su versión, el duque abandonaba Palma de Mallorca y aterrizaba a primera hora del lunes en Madrid, parada obligada antes de emprender rumbo de vuelta a Washington junto a sus cuatro hijos. Allí permanecerá a la espera de ver cómo evoluciona el juicio.
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