Los asistentes estaban convocados en un primer momento en la Plaza Alta a las 18.00 horas, en donde más de un centenar de personas acudieron puntuales a su cita.
Desde ahí, y portando una pancarta en la cabecera, la marcha se dirigió a los juzgados de la ciudad, lugar donde acabó la manifestación por la carga simbólica que mantiene la justicia.
En la salida se leyó un manifiesto y en el final de la marcha se presentaron las medidas propuestas para atajar la situación actual.
Protesta paralela
La concentración se repitió en otras 61 ciudades al mismo tiempo, mayoritariamente españolas aunque también cinco internacionales.
Todos los ciudadanos estaban convocados de forma particular, alejados de siglas políticas y sindicales. Sin embargo, algunas formaciones aparecieron portando pegatinas y pines.
Rápidamente, desde la organización se les requirió cortésmente que se retiraran estos símbolos, y el malentendido quedó ahí.
El coordinador de la marcha, Pablo Ivars, destacó la “falta de justicia que nos está gobernando hoy día en toda España”.
Esta plataforma surgió “a raíz del movimiento Juventud sin futuro, que denunciaba el mal trato que se le da a las personas con estudios en este país, alcanzando el paro juvenil al 50%”.
