Benedicto XVI afirmó que de este modo "se viola el derecho fundamental a la libertad religiosa, inherente a la dignidad de la persona humana y un arma auténtica de paz, porque puede cambiar y mejorar el mundo".
El Pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a la nueva embajadora de España cerca de la Santa Sede, María Jesús Figa, que hoy presentó sus cartas credenciales. Asimismo, explicó que la Iglesia ofrece a Cristo como "un antídoto a la decepción de otras propuestas fugaces y a un corazón carente de valores, que termina endureciéndose hasta el punto de no saber percibir ya el genuino sentido de la vida y el por qué de las cosas".
Evocó su Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz 2011, y señaló que "no faltan formas, a menudo sofisticadas, de hostilidad contra la fe, que se expresan a veces renegando de la historia y de los símbolos religiosos, en los que se refleja la identidad y la cultura de la mayoría de los ciudadanos".
Benedicto XVI subrayó, además, que la Iglesia vela por el derecho a la vida humana "desde su comienzo a su término natural" porque "la vida es sagrada y nadie puede disponer de ella arbitrariamente".
Se refirió también a la educación y abogó por que ésta integre los valores morales y religiosos según las convicciones de los padres, "como es su derecho", y, por ello, defendió que se incluya la enseñanza de la religión católica en todos los centros para quienes la elijan.
Por otro lado, el Pontífice subrayó que la llegada de la nueva Embajadora tiene lugar en una situación de gran dificultad económica en el ámbito mundial, que "atenaza también a España, con resultados verdaderamente preocupantes, sobre todo en el campo del desempleo".
A este respecto, el papa quiso destacar "la benemérita actuación que las instituciones católicas están llevando a cabo para acudir con presteza en ayuda de los más menesterosos".
María Jesús Figa, nacida en Barcelona en 1951, es la primera mujer que encabeza la legación diplomática española ante la Santa Sede y sustituye en su cargo a Francisco Vázquez, que concluyó su misión ante el Vaticano el pasado 14 de abril.