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Sevilla

Bernal anuncia que en los "próximos días" se reunirá con Adepa por las Atarazanas

El consejero asegura que las modificaciones presupuestarias se han debido a hallazgos arqueológicos y que no se ha excavado más ante la existencia de agua

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  • Estado de las obras por la calle Dos de Mayo. -

El consejero de Turismo y Deporte, el popular Arturo Bernal, ha asegurado este viernes que una vez concluyan las obras de rehabilitación y reforma de las Reales Atarazanas, declaradas bien de interés cultural (BIC) y cuyos trabajos comenzaron en febrero de 2022, dicho monumento acogerá contenidos "compatibles" con el "relato histórico" de Sevilla y su papel durante la Era de los Descubrimientos, anunciando en paralelo que de cara a los "próximos días" espera celebrar una reunión con la Asociación en Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa), que viene denunciando que el proyecto ha sido objeto de una reforma no autorizada, para "informar abiertamente" de la situación de los trabajos.

Así lo ha manifestado el consejero durante la comisión de Turismo y Cultura del Parlamento de Andalucía, a preguntas de la diputada autonómica de Por Andalucía Esperanza Gómez (Más País), quien ha preguntado por los "sobrecostes" afrontados por la Junta de Andalucía, como titular del monumento, con relación a este proyecto que promueve la Fundación La Caixa como adjudicataria de la gestión del enclave, para su recuperación y adaptación como espacio cultural.

Al respecto, la diputada de Por Andalucía ha señalado el reciente acuerdo del consejo de gobierno de la Junta relativo a la subvención excepcional de 1,5 millones de euros concedida a la Fundación la Caixa para este proyecto, un acuerdo recogido por Europa Press y que expone literalmente que dicha ayuda a la entidad concesionaria de este monumento público está destinada a "evitar la suspensión de las obras", a cuenta del "sobrecoste producido de forma extraordinaria e imprevisible durante su ejecución".


También ha señalado las informaciones según las cuales la Junta de Andalucía habría de hacer frente a una indemnización de 2,5 millones de euros por las grietas detectadas en el hospital de la Santa Caridad, legado del siglo XVII, protegido como bien de interés cultural (BIC) y contiguo a las Atarazanas, supuestamente como consecuencia de las obras promovidas en este último monumento.

EL RECORRIDO HISTÓRICO DE LAS ATARAZANAS

Tras preguntar Gómez si hay previstos nuevos sobrecostes, el consejero ha intervenido para explicar el devenir de este proyecto, cuyas obras comenzaron en febrero de 2022, después de que a finales de diciembre de 2017, la Junta como titular del monumento, la Fundación La Caixa como concesionaria de su explotación y Adepa firmasen un acuerdo destinado a resolver la entonces enquistada situación del proyecto.

Y es que aunque el diseño inicial de la actuación, obra del arquitecto hispalense Guillermo Vázquez Consuegra, había sido aprobado por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico; un juzgado suspendió provisionalmente la licencia de obras concedida por el Ayuntamiento tras impugnarla Adepa por lo Contencioso Administrativo.

Para Adepa, aquel proyecto original suponía un "crimen patrimonial" al no recuperar la cota original del monumento y contemplar "la reforma de dos cuerpos edificados sobre las naves dos y cuatro, modificando sus cubiertas, cerramientos y distribución interior", con la instalación de "varias escaleras mecánicas y un nuevo forjado", entre otros aspectos.

No obstante, la prolongada y ardua negociación entablada entre Adepa y a Consejería de Cultura para alcanzar un acuerdo extrajudicial acabó dando su fruto, con un principio de acuerdo para lograr una salida negociada, extremo finalmente plasmado en el convenio de diciembre de 2017, mediante el cual se desjudicializaba el asunto, con una remodelación del diseño original de Vázquez Consuegra, mediante las aportaciones y recomendaciones de un grupo de trabajo formado por varios miembros de Adepa y técnicos de la consejería de Cultura.

Ya en octubre de 2021, pocos meses antes del comienzo de las obras, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico daba su visto bueno a la reforma del proyecto original, tras haber solicitado antes la introducción de diferentes aspectos en el nuevo documento técnico fruto del acuerdo de diciembre de 2017.

En ese marco, tras haber manifestado hace meses que sería al finalizar las obras de restauración en junio de este año cuando sería abordada la orientación concreta del nuevo centro, ante lo cual diversas voces recordaban la idea original de dedicar el monumento al papel de Sevilla como ciudad central en la Era de los Descubrimientos; Bernal ha indicado este viernes que el contenido de las Atarazanas será "compatible con el relato histórico al momento en el que Sevilla era la capital del mundo" en lo económico y artístico.

Además, tras denunciar públicamente Adepa que en las obras actualmente en marcha de la mano de La Caixa pesaría un reformado que no contaría con los preceptivos informes de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento hispalense ni de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, adscrita precisamente a la Consejería de Turismo y Cultura; Bernal ha asegurado que el convenio firmado en 2017 con Adepa para desjudicializar el asunto está siendo cumplido "a rajatabla", considerando que quizá "no se ha entendido algo".

Por eso, ha asegurado que "en estos próximos días" celebrará una reunión con los representantes de Adepa "para informarles abiertamente de todas las circunstancias y todo el procedimiento".

En cualquier caso, y respecto a los sobrecostes, el consejero ha precisado que el proyecto cuenta con una financiación de diez millones de euros por parte de la Fundación La Caixa, mientras en el caso de la Junta de Andalucía, ha dedicado presupuestos adicionales porque "a la hora de ir haciendo la obra, se han producido algunos hallazgos arqueológicos".

Y tras criticar Adepa la limitación de las excavaciones arqueológicas a una sola de las dos naves inicialmente previstas y la reducción de la profundidad de la excavación, de los 4,5 metros iniciales a 2,4 metros; Bernal ha explicado que la excavación prevista "no podía ser acometida hasta el nivel" fijado inicialmente, al ser detectada la existencia de agua a los 2,4 metros de profundidad, extremo que "impedía cualquier tipo de actuación", además de que según ha dicho "debajo de esos dos metros y medio ya no había nada, con lo cual no tenía ningún sentido seguir excavando".

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