Zenobia Camprubí fue la mujer que “cambió toda la poesía” del autor de Platero y yo, asevera, en una entrevista con Efe, Palau de Nemes, quien a sus 91 años es hoy la única superviviente que mantuvo una estrecha relación con la pareja literaria.
Ante la responsabilidad de saberse depositaria de ese legado y pese a su avanzada edad, Graciela Palau de Nemes se muestra satisfecha de haber podido viajar a España desde Estados Unidos.
Entre los objetivos de este largo periplo figuraba participar en Huelva en el curso “Zenobia Camprubí y la Edad de
Plata de la cultura española”, organizado por la Universidad de Andalucía.
Y es que Palau de Nemes no se cansa de repetir que no se conoce suficientemete a la mujer “avanzada” que fue Camprubí, ni su propia personalidad separada de la figura del poeta.
“Juan Ramón tenía el oficio de escribir y ella le ayudaba. Pero Zenobia tenía un empleo, el de profesora (en la Universidad de Maryland)”, además de estar muy presente en los ambientes literarios de EEUU, precisa la experta.
Su estancia en Estados Unidos fue la “mejor época” de Juan Ramón y Zenobia, considera Graciela Palau al recordar el paso de la pareja por las universidades estadounidenses de Miami, Duke y Maryland.
A ello se sumó el conocimiento que tenía del país Zenobia y que el poeta “no vivió aislado” .
Palau de Nemes, quien trabaja en una biografía sobre Zenobia, sostiene que Camprubí fue “una mujer muy independiente”, que “no dependía de su marido”, mientras que el poeta “sí dependía de ella, en cuanto a que fue su inspiración”.
Desde que contrajo matrimonio con Juan Ramón Jiménez en 1916, y hasta su fallecimiento, 40 años después, Zenobia Camprubí se convirtió en compañera inseparable y colaboradora del poeta en todos sus proyectos literarios.