El almirante de la Guardia Costera Thad Allen, encargado de dirigir la labor del Gobierno sobre el vertido, envió el domingo por la noche una dura misiva a BP después de que los ingenieros de la empresa detectasen una fuga a unos tres kilómetros del pozo averiado.
Allen afirmó ayer en un comunicado enviado que el Gobierno estadounidense obtuvo las respuestas que necesitaba durante una conferencia telefónica el domingo con BP.
El temor del Gobierno es que el pozo, que está cerrado a presión desde el pasado jueves con una especie de campana gigante que actúa a modo de tapón, se encuentre en estado deteriorado y que la presión a la que se ve sometido ahora provoque fugas en distintos puntos del suelo marino.
Ese escenario podría crear una pesadilla peor a la actual ya que originaría un derrame con múltiples escapes.
BP sostiene que por el momento no está claro si la fuga detectada ayer procede del pozo Macondo averiado en el Golfo de México tras la explosión el 20 de abril y hundimiento dos días después de la plataforma petrolífera operada por la empresa.
Según la petrolera, ese tipo de fugas son un fenómeno habitual en el Golfo.
Allen expresó que durante la conversación del domingo “el equipo de científicos federales obtuvo las respuestas que estaba buscando y los compromisos de BP de cumplir con sus obligaciones de supervisión y notificación” al Gobierno.
El almirante indicó que continuará una supervisión detallada de la fuga detectada el domingo.
“Autoricé a BP a que continúe con la prueba de integridad durante otras 24 horas y reafirmé nuestra posición de que esta prueba sólo continuará si ellos siguen cumpliendo con sus obligaciones”.