La investigación comenzó a principios del pasado mes de abril, cuando la Guardia Civil detectó la presencia de una organización que introducía hachís desde el norte de Marruecos a las costas españolas. Los narcotraficantes combinaban diversos métodos para introducir los estupefacientes, como dobles fondos practicados en vehículos o en embarcaciones, motos de agua o transbordos de mercancías en alta mar y embarcaciones recreativas o pesqueras tipo zodiac.
En las diferentes actuaciones llevadas a cabo en la operación Monasterio, desde los meses de mayo a junio, se han intervenido dos embarcaciones pesqueras que transportaban 490 y 103,9 kilos de hachís en los puertos de Tarifa y El Saladillo, una moto acuática con 118 kilos y un vehículo con 20 kilos en un doble fondo.
Los responsables de la banda en la comarca aportaban a los dirigentes de la red en Marruecos y Ceuta todos los medios necesarios para transportar la droga, así como la infraestructura para llevar a buen fin los alijos.
Los agentes efectuaron entradas y registros en diversos puntos de Algeciras, como un domicilio, en una cafetería donde se reunían, una parcela rústica utilizada como almacén y el taller de automóviles en el que se modificaban los vehículos.