La polarización y confrontación entre bloques marcan la campaña de las elecciones generales, en la que el PP, como Vox, aspira al cambio mientras la izquierda de PSOE y Sumar pretende remontar los sondeos y retener el poder.
La llamada de Alberto Núñez Feijóo a derogar el sanchismo, que a Vox se le queda corta, y la advertencia de Pedro Sánchez sobre que la suma de PP y Vox es ultraderechista, trumpista y una amenaza para las mujeres y el colectivo LGTBI han protagonizado y protagonizarán una campaña atípica y canicular que pilla a medio país de vacaciones.
Y que ha cogido por sorpresa a los partidos, que no esperaban el adelanto electoral. Cada uno enfrenta con su particular estrategia este golpe de efecto, con el que Sánchez ha buscado ahorrar al PSOE el desgaste por la victoria del PP el 28M y poner el foco en los pactos autonómicos entre PP y Vox .
PSOE
Para impedir que acierten los sondeos que pronostican un cambio de Gobierno, el PSOE ha optado por las televisiones y las radios, en las que se multiplican tanto Sánchez como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero para desmontar la idea del "sanchismo", que califican de "monstruo de siete cabezas" inventado por el PP, Vox y sus medios afines.
Sin tensar al partido con muchos mítines en pleno verano, y habiendo cancelado algún acto, Sánchez también ha buscado el cuerpo a cuerpo con Feijóo, que solo le ha concedido un debate cara a cara.
En su discurso electoral, el candidato del PSOE se ha distanciado de su compañero de Gobierno, Podemos, y de socios parlamentarios como ERC y EH Bildu, mientras exhibe sintonía con Yolanda Díaz para que la alianza entre ambos permita reeditar el Gobierno progresista.
Sánchez mira así al electorado de centro, al tiempo que defiende los avances de su mandato y mantiene prietas a las filas del PSOE frente a la presión del PP, que les pide su abstención.
PP
Con la organización muy movilizada y pese al periodo estival, el PP estará a pie de calle y visitará todas las autonomías. La ruta de Feijóo, que su equipo no ha revelado al completo, está sujeta a cambios para apretar en los territorios más reñidos, e incluye tanto las autonomías gobernadas por Vox como puntos débiles como País Vasco o Cataluña.
Barones como Isabel Díaz Ayuso y los expresidentes José María Aznar o Mariano Rajoy tendrán también protagonismo.
Dirigiéndose a un electorado moderado y de centro, Feijóo ha aclarado que aunque promete derogar el sanchismo, mantendrá lo que esté bien, como la reforma laboral, a la que el PP se opuso.
Destaca también su apelación al voto útil para lograr la meta de 150 escaños y no tener que gobernar en coalición con Vox. Feijóo promociona además su experiencia de gestión y advierte reiteradamente de que la economía no va como una moto.
VOX
"Coherencia discursiva", una campaña plagada de mítines y presencia en los medios de comunicación y en las redes sociales es la receta con la que Santiago Abascal espera entrar en el Gobierno.
Vox repetirá el mensaje con el que han mantenido un crecimiento continuado desde que irrumpieron en las instituciones hace cinco años: el PP por sí solo no garantiza dar marcha atrás a las políticas "progres".
Vox promete revertir el "daño" que a su juicio ha hecho Sánchez a las mujeres con la ley del solo sí es sí, a la libertad con la de memoria histórica o la propiedad privada y la vida con las normativas de vivienda, aborto o eutanasia.
Con su defensa de la soberanía y la unidad de España, el control de fronteras para luchar contra inmigración ilegal o la supresión de las subvenciones a sindicatos se juega además seguir como tercera fuerza política.
SUMAR
Por mítines, pero solo en sus potenciales caladeros, opta Sumar. Yolanda Díaz acudirá a una quincena de ciudades en áreas muy urbanizadas y solo en aquellas circunscripciones donde Unidas Podemos, Más País o Compromís obtuvieron escaños en 2019, sin pisar ninguna de las 22 provincias con menor densidad de población.
Su campaña mezcla la proyección de su imagen personal, asociada a la reforma laboral o la subida del salario mínimo interprofesional, con promesas electorales, como la reducción de la jornada electoral o la controvertida propuesta de una herencia universal de 20.000 euros para quienes cumplan 18 años.
Sumar también busca que el tortuoso proceso de gestación de la candidatura no sea un obstáculo y quede en el pasado, con actos en los que estarán Ada Colau, Alberto Garzón, Mónica García o la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, pero no la principal damnificada del pacto con los morados, la ministra de Igualdad Irene Montero, que fue apartada.
Unos y otros echarán el resto en campaña, conscientes de que tanto los aciertos como, sobre todo, los errores cuentan en un periodo en el que decide su voto hasta el 35 % de la población y al que se une la incógnita sobre la participación un 23 de julio.