El Málaga CF pasó de la ilusión y la esperanza a una inmensa pesadumbre en menos de 48 horas. Los de Sergio Pellicer se las prometían muy felices tras el revitalizante triunfo del pasado viernes ante el Villarreal B, una victoria que ponía fin a siete meses sin ganar lejos de La Rosaleda.
Así pues, los malacitanos arrancaron el sábado a 5 puntos del Racing de Santander, decimoctavo clasificado. Un pinchazo de los cántabros, que jugaban ante un Albacete que llegaba a El Sardinero con el cuchillo entre los dientes, era lo esperado por todos los aficionados blanquiazules.
Sin embargo, los de José Alberto no dieron ninguna opción al combinado manchego, asestándole un contundente 4-1. Con este jarro de agua fría quedaban dos nuevas opciones para sacarle rédito a los tres puntos cosechados en Villarreal: Leganés o Real Oviedo debían perder.
Sobre el papel, esta era la idea. Pero claro, a perro flaco, todo son pulgas. Los pepineros vencieron por 0-1 a la Ponferradina, resultado que calcó el equipo asturiano en su visita a Gran Canaria, siendo este el sorpresón de la jornada.
De este modo, el Málaga continúa a ocho puntos de la permanencia cuando tan solo quedan siete jornadas por disputarse. A destacar como aspectos postivos la derrota del Ibiza, que ya está a cuatro unidades de los malagueños, la también derrota de la Ponfe (pese a darse contra el Leganés) que hace que los bercianos estén ahora mismo a sólo dos puntos y un nuevo tropiezo del Mirandés, que se encuentra ahora mismo a nueve puntos y que todavía tiene que visitar La Rosaleda en la antepenúltima jornada.
Más allá de las diferentes variables, el Málaga debe seguir la buena línea que ha venido mostrando las últimas semanas y sumar tres nuevos puntos el próximo domingo, ante un Cartagena que ha conseguido colarse en el play off.