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Polonia se adapta al conflicto en Ucrania

Tras la invasión rusa en febrero del año pasado y sus infraestructuras hoteleras se destinaron a acoger refugiados

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  • Polonia. -

El sector turístico polaco pasó a un segundo plano cuando millones de ucranianos huyeron a través de la frontera tras la invasión rusa en febrero del año pasado y sus infraestructuras hoteleras se destinaron a acoger refugiados.

"Hubo un breve periodo, en marzo y abril, en el que los hoteles y las pensiones se centraron en los refugiados. Estaban ayudando. Pero luego la gente se acostumbró al conflicto y empezamos a ver afluencia de turistas", aseguró en una entrevista con Efe Anna Brzechowska, directora de la oficina regional de turismo de Podkarpackie, una región montañosa del sureste de Polonia.

En las regiones fronterizas del país, los hoteles y pensiones se reconvirtieron para acoger primero a los refugiados y después a las ONG y medios de comunicación que acudieron a la zona.

"Fue muy dinámico, muy fluctuante. Al principio fue complicado, porque no sabíamos qué estaba pasando", aseguró Anna en el marco de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, Fitur.

"Incluso los turistas de Polonia estaban un poco ansiosos, así que cancelaban sus reservas. Pero luego, con el tiempo, quizá sea un poco triste pero la gente se acostumbró un poco a la situación".

Polonia ha acogido a más refugiados ucranianos que ningún otro país de la Unión Europea, con más de 1,5 millones a los que se ha concedido el estatuto de protección temporal.

También ha servido de punto de paso para los que finalmente se trasladaron a otras naciones de la UE o regresaron a Ucrania. Desde el estallido de la guerra, se han registrado algo más de 9 millones de traslados de Ucrania a Polonia, y 6,8 millones en sentido contrario, según la Agencia de la ONU para los Refugiados.

Antes de la guerra, los turistas polacos solían visitar Leópolis, en el oeste de Ucrania, por su vida nocturna, precios relativamente baratos y alto nivel de los hoteles, mientras que los ucranianos visitaban ciudades como Rzeszow, capital regional de Podkarpackie, según destaca Kamil Czyz, jefe de cooperación económica y turismo de Rzeszow.

"Antes teníamos muchos turistas de Ucrania, sobre todo gente que venía a la ciudad simplemente de compras. Venían para paquetes combinados: vas de compras, te alojas en un hotel y ves algunos monumentos", explica.

"Pero ahora mismo no hay turistas. Todavía hay algunas personas que vienen a Rzeszow, pero es difícil distinguir entre refugiados y turistas", añade.

La infraestructura turística de Rzeszow se ha adaptado a las nuevas exigencias provocadas por la guerra.

"Como estamos muy cerca de la frontera, a diferencia de Cracovia o cualquier otra ciudad, tenemos llenos nuestros hoteles de soldados, diplomáticos, medios de comunicación y todas las organizaciones internacionales. Nuestros restaurantes están entusiasmados porque venden muchos filetes a los soldados estadounidenses", bromea.

Sin embargo, Polonia no se ha librado de las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania y el incremento del coste de la vida que afecta a gran parte de Europa es palpable.

Brzechowska considera que los problemas planteados por la crisis de los refugiados han dado paso a nuevos retos económicos.

"Lo que sabemos por las empresas que trabajan en el sector turístico en Podkarpackie es que los turistas vienen, reservan hoteles y casas de huéspedes, pero gastan menos en atracciones, en comer fuera, cosas así", dijo.

"Lo que aprendí del Covid y de la crisis con la guerra es que tenemos que ser muy flexibles", concluyó.

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