Durante la presentación del balance de la lucha contra la inmigración ilegal 2009, Rubalcaba ha dicho que la crisis ha frenado la entrada de extranjeros ilegales a través de los aeropuertos, procedentes sobre todo de suramérica, y ha atribuido la reducción de las llegadas a través de las costas a la presión policial y los acuerdos con los países de origen.
Respecto a las expulsiones, han aumentado las devoluciones de inmigrantes que se encontraban en España un 25% (10.616 en 2008, frente a 13.278 en 2009), sobre todo de los extranjeros ilegales relacionados con actos delictivos –en 2009 hubo 7.591 y en 2008, 5.564–, que fueron un 36% más el pasado año.
“Hacemos una política de expulsiones que está prioritariamente dirigida a aquellos ciudadanos que viven ilegalmente en nuestro país y que tiene relación con la delincuencia, aquellos que son potencialmente peligrosos para nuestro país”, ha dicho el ministro del Interior.
Con la llegada de menos inmigrantes se ha reducido el número de repatriaciones, que fueron 38.129, frente a las 46.731 de 2008 (el 18,41%); también el de devoluciones (cuando intentaban entrar por barco, principalmente), de 12.476 de 2008 a 7.526, el 39,68%.
El ministro ha destacado el descenso en un 75% de las entradas a través de Canarias (2.246 el pasado año, 9.181 en 2008), “la cifra más baja desde el año 2000”, y también que por primera vez en ese periodo “ha habido cuatro meses en los que no ha llegado ningún inmigrante ilegal a Canarias”.
A través de Ceuta y Melilla entraron 1.108 inmigrantes (1.210 en 2008) y aumentaron las llegadas por costas de la península y Baleares, ya que hubo 5.039, frente a 4.244 en 2008.
Para Rubalcaba, estos datos reflejan el “éxito” de la política que el Gobierno puso en marcha en 2006, cuando se produjo una entrada masiva de inmigrantes.
El ministro ha advertido de que “la presión de África va a continuar” por la crisis económica que sufre este continente y ha recordado que Grecia e Italia han seguido teniendo “una presión tremenda” de los flujos migratorios.