Durante el segundo año pandémico ha quedado patente que las mujeres hemos sido las más perjudicadas por la crisis de la Covid-19, tal como ocurrió en la crisis financiera de 2008.
Al ocupar los empleos más precarios del mercado laboral o trabajar en la economía sumergida, como las empleadas domésticas o las mujeres migrantes, nos vimos abocadas a la pobreza en mayor medida que los hombres. Aquellas que pudieron teletrabajar durante el confinamiento, tuvieron que compaginarlo con los cuidados de menores o mayores, con las tareas domésticas, en jornadas interminables, con el consiguiente desgaste psicológico y emocional.
Al mismo tiempo, el movimiento feminista fue señalado y criminalizado por la derecha y la ultraderecha, misóginos y machistas, que nos quieren calladas y de regreso a las cocinas de nuestras casas.
Después de las manifestaciones masivas que se iniciaron en 2018, las restricciones de la pandemia, el miedo al contagio y la prohibición de manifestarse en Madrid, impidieron que pudiéramos ejercer nuestro derecho de manifestación en 2021.
Este año debemos volver a las calles. Estamos hartas de que las discriminaciones que padece la mitad de la población sean consideradas de segunda fila. Cada vez que hay una crisis se nos pide a las mujeres que aparquemos nuestras reivindicaciones como si no fueran prioritarios los derechos de la mitad de la población.
Nos manifestaremos para reivindicar la igualdad plena, medidas de conciliación, corresponsabilidad, empleo de calidad y el impulso de los planes de igualdad en las empresas como herramienta para corregir la brecha salarial.
En Sevilla tendremos muy presentes a las trabajadoras de la hostelería, del comercio, de la limpieza de edificios y del servicio de ayuda a domicilio, que se están movilizando por el desbloqueo del convenio. La mayoría de ellas han sido trabajadoras esenciales durante el confinamiento. Han ocupado esos empleos de cuidado tan feminizados ytan imprescindibles que, sin embargo, no han recibido el reconocimiento social y económico que merecen.
Saldremos a la calle por las mujeres desempleadas y también por las que no tienen otra alternativa que ocuparse de los cuidados y no podrán cobrar una pensión digna.
Reivindicaremos el fin del acoso callejero, de la violencia sexual, de la trata, de la lacra de la violencia machista.
Nos manifestaremos por nosotras, pero también por nuestras hermanas sudamericanas en su reivindicación de la despenalización del aborto, por las mujeres afganas, por las niñas africanas sometidas a la mutilación genital femenina y las mujeres de todo el mundo que están sufriendo conflictos bélicos.
Nunca fue tan necesario recordar el carácter pacifista e internacionalista de la lucha de las mujeres.
Las mujeres de CCOO de Sevilla saldremos a la calle este 8 de Marzo porque queremos dejar bien claro que no vamos a permitir ni un paso atrás en igualdad y es hora de pasar de las palabras a los hechos.
