Para asegurar la calidad del agua de consumo, especialmente durante la actual crisis sanitaria, la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba SA (Emacsa) realizó a lo largo de 2021 un total de 12.900 controles de desinfección en el agua distribuida, lo que mantuvo la cifra media del año anterior de 35 controles diarios, garantizando en todo momento la potabilidad y salubridad del agua consumida en Córdoba.
Así lo ha indicado la empresa municipal en una nota en la que ha detallado que durante el año pasado, y facilitado por el hecho del levantamiento parcial de las restricciones de movimiento marcadas por la pandemia, se efectuaron más de 19.000 tomas de muestras, un 18 por ciento más que en 2020.
En estas tomas de muestras se incluyen no solo el agua de consumo, sino también las aguas brutas usadas para potabilización, las aguas residuales domésticas e industriales y las aguas depuradas en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) de Emacsa, es decir, todo el ciclo integral del agua gestionado por la empresa.
Las determinaciones practicadas a todas estas muestras, más de 76.000, representaron una actividad diaria media de 210 análisis al día distribuidas a lo largo de todos los días del año, incluidos festivos y fines de semana.
Entre los resultados más relevantes de estos análisis, cabe destacar la calidad del agua de las fuentes naturales empleadas por Emacsa para su posterior tratamiento. Este proceso, gracias al uso de cloraminas, consigue una baja concentración de subproductos de desinfección (trihalometanos) en las aguas distribuidas por Emacsa a la población, cuyos niveles se sitúan muy por debajo de los límites de cumplimiento establecidos en la normativa vigente, que fija el máximo admisible en 100 microgramos/L, mientras que la concentración anual media obtenida para el agua de la ciudad fue inferior a 10 microgramos/L.
En cuanto al olor y al sabor del agua potable en Córdoba, los valores anuales medios obtenidos presentaron un índice de dilución de cero en ambos casos, también gracias al uso de cloraminas (que no aportan sabor/olor) como desinfectante final del agua. Además, en las aguas analizadas no se han registrado no conformidades ni en metales pesados ni en el resto de compuestos orgánicos limitados por la normativa vigente para aguas de consumo humano.
Por su parte, las aguas residuales depuradas también presentaron valores muy por debajo de los límites establecidos por la normativa vigente en cuanto a autorizaciones de vertidos a cauce. Ejemplo de ello son los datos del agua depurada en la EDAR de La Golondrina (la que depura el 98% del agua residual de Córdoba) con valores de sólidos en suspensión de 14 mg/L, frente al límite establecido en 35 mg/L; o los 9 mg/L de demanda bioquímica de oxígeno, cuyo valor está limitado a 25 mg/L.