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El campo empieza a temer restricciones en los riegos

COAG tiene claro que si la ausencia de lluvias se prolonga “se aplicarán medidas”

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  • En la imagen, el embalse de Guadalcacín. -

La prolongada ausencia de precipitaciones y el descenso de los niveles de agua embalsada está provocando ya la lógica inquietud en los sectores agrícolas y ganaderos, que empiezan a temer que se apliquen restricciones a los regadíos.

El secretario provincial de COAG, Miguel Pérez, tiene claro que “si esta situación sigue así, sin lluvias generalizadas” no quedará otra alternativa que “tomar medidas” que afectarían a los cultivos de regadío.

La provincia de Cádiz tiene la ventaja de que sus pantanos son capaces de embalsar muchos hectómetros cúbicos de agua, a diferencia de otras zonas de Andalucía en las que ya es necesario empezar a aplicar restricciones.

Los embalses gaditanos se encuentran ya al 29,27 por ciento de su capacidad, cuando la media de los diez últimos años a estas alturas del calendario es del 60,51 por ciento.

La Comunidad de Regantes del Guadalcacín ya ha remitido un escrito a los agricultores para que actúen con responsabilidad y ahorren todo el agua que sea posible, una iniciativa que comparte Miguel Pérez, que entiende en cualquier caso de que “posiblemente” pueda salvarse esta campaña sin necesidad de aplicar restricciones.

La situación del campo

A la espera de que estos próximos días se registren algunas precipitaciones, el secretario provincial de COAG advierte de que algunos sectores están ya muy afectados por la falta de lluvias.

Pérez incide sobre todo en el caso de la ganadería extensiva, que es una de las principales vías de negocio del campo gaditano.

La falta de pastos está obligando a los ganaderos a alimentar el ganado con piensos, lo que incrementa notablemente los costes de producción.

También preocupa el estado de los cultivos tradicionales de secano, como la remolacha, los cereales o el girasol, “que dependen absolutamente de las lluvias”.

En el primero de estos casos, Miguel Pérez recuerda que en la provincia hay sembradas “unas 5.000 hectáreas” que “sin agua no se van a criar”, y lo mismo ocurre con otros cultivos de características similares.

De igual modo se resiente de la ausencia de lluvias el propio viñedo, que en esta época del año debe recoger reservas hídricas para afrontar la campaña.

“El año pasado se concentraron las lluvias en fechas determinadas y se salvó la temporada, pero esta vez no sabemos qué ocurrirá”, subraya el secretario provincial de COAG.  

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