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Huelva

Todos somos Valdelarco: usted también puede estar pagando facturas al coste estimado

Vecinos de este municipio onubense están recibiendo facturas de hasta más de 2.000 euros por presunto consumo eléctrico

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  • Contador de luz.

Vecinos del municipio de Valdelarco, en la Sierra de Huelva, están recibiendo facturas desorbitadas por consumo eléctrico que van desde cientos de euros hasta superar los 2.000 euros, e incluso llegan recibos a casas que se encuentran cerradas, en las que no hay ningún consumo. La alarma social desatada ha provocado que María Ponce, senadora de Huelva por Ciudadanos, haya llevado el caso hasta la Cámara Alta. Sin embargo, la política onubense ha achacado el problema sólo a la falta de cobertura 2G en la sierra de Aracena, sin reparar en que la Administración (Rodrigo Rato de ministro de Economía en un Gobierno del PP) lleva casi 19 años permitiendo que las grandes compañías energéticas se ahorren los revisores de los contadores y facturen a ojo, de forma estimada, hasta por el plazo de un año, una situación que tampoco corrige el Gobierno del socialista Pedro Sánchez.

Según una vecina afectada, Endesa está llevando a cabo lecturas estimadas de consumo en el pueblo y no desplaza personal para que vean los contadores. Hace tres años, la compañía instaló contadores inteligentes pero no se están utilizando, ya que “todas las facturas se han hecho en estimado”, indicó el alcalde de Valdelarco, Rafael López, que ya ha presentado una queja formal al Defensor del Pueblo Andaluz para que intervenga. “De Endesa no sabemos nada, ni han llamado”, lamenta. El ‘facturazo’ de Endesa es prácticamente general en el pueblo. 

Mi caso puede ser también el suyo

No hace falta irse a Valdelarco ni a la España vaciada, ya que la facturación por estimación en vez de por consumo real se la pueden estar aplicando también a usted, viva donde viva, al igual que me ha ocurrido a mí en una gran urbe como Sevilla capital.

A la vuelta del verano comprobé que Energía XXI, la filial de Endesa que me cobra el gas natural (ya no sé en calidad de qué, dado el galimatías energético existente: si suministradora, distribuidora, comercializadora…), me había cargado una factura por un consumo inexistente de 19 m3 entre mayo y julio.

En la factura correspondiente a julio-septiembre se repitió la historia. Energía XXI partió del consumo estimado (irreal) estimado por ella misma en julio y le añadió otro consumo estimado (inexistente) de 16 m3 para facturarme en consonancia, cuando desde mayo no he consumido gas alguno (como acredita el contador) debido a que tengo instalada energía solar para contribuir a la lucha contra el cambio climático y ahorrar en el consumo de energías de origen fósil y generadoras del efecto invernadero.

Ésta es al menos la segunda vez que Energía XXI me factura basándose en consumos inexistentes y estimados por la empresa. En la anterior ocasión pudo tener alguna justificación porque estábamos en plena pandemia y sometidos a confinamientos. Me pidieron entonces que me descargara una aplicación y les enviara una foto de mi contador. Desde entonces recibo mensajes en mi teléfono móvil en tal sentido, pero yo no soy un empleado de Endesa o de Energía XXI para dedicarme a revisar contadores, ahorrarles en gastos de personal y que así se incrementen aún más sus enormes beneficios.

Energía XXI no tiene ninguna coartada para esa práctica de la facturación estimada, ya que mi contador es externo. No está en el interior de mi vivienda y no se necesita entrar en la misma para medir el consumo del gas. Es más, mi casa está en una urbanización que cuenta con porteros las 24 horas del día y, por ende, en caso de no localizarlos aquí llaman desde el cartero hasta los repartidores de empresas de mensajería para abrirles el portal.

La respuesta del Ministerio

Puse el caso en conocimiento del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que dirige Teresa Ribera, también vicepresidenta del Gobierno. Pues bien, he recibido como respuesta una comunicación de la Subdirección General de Hidrocarburos, que viene a decir que, de acuerdo a lo establecido en el artículo 51 del Real Decreto 1434/2002, “en aquellos casos en que no haya sido posible la realización de la lectura del contador por causas ajenas al distribuidor, ni el consumidor haya facilitado la lectura, el distribuidor podrá realizar una estimación del consumo en base al perfil de consumo de dicho punto de suministro, con una regularización mínima anual en base a la lectura real. La Dirección General de Política Energética y Minas podrá establecer por resolución el procedimiento de estimación de los consumos”.

Por todo ello, indican que “en caso de que usted continúe sin facilitar la lectura de su contador, y siempre que a la empresa distribuidora no le sea posible realizar la lectura por causas ajenas al distribuidor, la empresa comercializadora podrá continuar realizando facturas estimadas durante el plazo máximo de un año a contar desde la fecha de la última lectura real”.

Una vez que se efectúe la lectura real del contador, “si se hubieran facturado cantidades superiores a las debidas, la devolución se producirá en la primera factura desde la lectura real”.

Este Real Decreto https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2002-25421 fue aprobado en tiempos de Rodrigo Rato (Gobierno de Aznar, Partido Popular) como ministro de Economía y, en mi opinión, favorece claramente los intereses de las compañías energéticas, a las que faculta para que cobren por lecturas estimadas de los contadores hasta por el plazo de un año, con la supuesta coartada de que tengan problemas para proceder a la lectura real (repito: en mi caso no tienen ninguna coartada posible), y convierte, en su defecto, a los usuarios en sus revisores sin remuneración alguna al ponerles en la tesitura de ser ellos quienes faciliten la lectura de los contadores si no quieren que les ocurra como a los vecinos de Valdelarco, a mí en Sevilla o a usted donde me esté leyendo.

Por ello le recomiendo que revise sus facturas energéticas para que compruebe si le están cobrando a precio real o estimado, desde cuándo y por cuánto.

Y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, sin darse por enterados.

¿Quién defiende a los consumidores?

 

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