Si ya nos decía en una entrevista anterior el presidente del Colegio de Graduados Sociales, José Blas Fernández, que las relaciones laborales estaban harto complicadas, con la pandemia la situación se ha vuelto aún más delicada al punto de que han estado trabajando prácticamente sin horarios. Este trabajador incansable, único que vive de los seis fundadores de la corporación en 1971, afronta su 50 aniversario, tras 40 años de presidencia durante 12 mandatos ininterrumpidos, con ganas e ilusión en un contexto que aún sigue siendo complicado.
Si hiciéramos un balance de los logros alcanzados en todo este tiempo, ¿qué destacaría?
Yo destaco en primer lugar el nivel académico. Nosotros éramos una profesión que pertenecíamos al Ministerio de Trabajo. Pero a partir de 1980, un decreto integra a Graduados Sociales en el Ministerio de Educación formando parte de la red de universidades, alcanzando así el nivel de diplomatura en Relaciones Laborales, equiparando los estudios universitarios al rango de licenciado y grado. El segundo paso importante fue el reconocimiento profesional de ser una figura procesal y jurídica. La Ley orgánica del Poder Judicial contempla a tres profesiones jurídicas que actúan ante los tribunales: abogado, procurador y graduado social. Lo que nos convierte en una figura procesal importante en tanto que representamos en el ámbito de lo social y lo mercantil a los particulares y empresas ante los tribunales de lo social, los Tribunales Superiores de Justicia y el Tribunal Supremo. Esto supuso que a partir de aquí la sociedad nos reconociera como un profesional del Derecho jurídico-laboral.
¿Qué papel han jugado los graduados sociales durante este tiempo de pandemia?
Hemos sido una profesión esencial durante todo este tiempo y aún lo seguimos siendo. Para mí, como es lógico, de las más importantes que han estado vivitas y coleando, sin horario, sin fecha en el calendario y sin domingo ni festivos. Los reales decretos de ley que el Gobierno dictaba los daba a las 11.55 de la noche para aplicarlos a las 12.05. Todos hemos sido trabajadores por cuenta propia, pero haciendo ERTE para las empresas como churros y hemos estado trabajando hasta la extenuación. Y seguimos extenuados, porque ya nos queda ahora las subvenciones que se están dando para esas mismas empresas. Es más nos han felicitado todas las administraciones, porque hemos sido los intermediarios entre la Administración y, sobre todo, las empresas pequeñas para las que teníamos que evaluar de manera pormenorizada si cumplían los requisitos o no, si era fuerza mayor,... Los trámites han sido tan tremendos y engorrosos que estamos extenuados. Evidentemente las profesiones sanitarias han estado luchando sin tregua por la vidade la gente, pero la vida económica la hemos llevado nosotros.
¿Una vez hecho balance mirando hacia atrás, cuáles son los objetivos de futuro a conseguir?
El Colegio se marca entre sus objetivos seguir reciclando y preparando a sus colegiados a través de sus programas de formación. Además queremos incorporar a nuestras atribuciones el recurso de casación, esto es, el proceso de impugnación de una resolución judicial ante el grado supremo de la jerarquía judicial. Y otra meta es el turno de oficio, que si bien está contemplado en la ley de enjuiciamiento civil, no se encuentra todavía entre nuestras competencias. Con lo que nos tenemos que poner de acuerdo con los abogados y el Ministerio de Justicia, que no han querido en ningún momento sentarse con nosotros.
